Colau maniobra para subir la tasa turística a los hoteleros

El consistorio barcelonés debate con la Generalitat aumentar el impuesto que pagan los viajeros cada noche que se hospedan en el territorio

«Hay que tener en cuenta que la tasa turística que pagan los hoteleros barceloneses es de las más bajas de Europa». La advertencia es formulada por un miembro del Ayuntamiento de Barcelona, presente en las negociaciones que el consistorio y la Generalitat de Cataluña mantienen para reformular el impuesto. El privilegio podría acabar en meses, y es que la administración dirigida por la alcaldesa Ada Colau ha puesto sobre la mesa elevar la contribución de los establecimientos por persona y noche.

Según explican fuente municipales a Cerodosbé, el incremento de la tasa es una de las propuestas de la edil para aumentar el retorno de la actividad turística sobre la capital catalana. «La mesa se constituyó con la condición de llegar a acuerdos en un máximo de seis meses, por lo que antes de marzo se debería alcanzar una resolución», emplazan. Los más optimistas incluso fijan la entrada de 2017 como la fecha para el anuncio de los pactos logrados.

Además, la demanda del consistorio no ha caído en saco roto, pues la Generalitat se plantea también esta opción. Ya en mayo, el secretario de Hacienda, Lluís Salvadó, reconoció que existía la posibilidad de elevar el impuesto, aunque se requería del consenso «del sector, las administraciones locales y la consejería de empresa«.

Barcelona reclama el 100% de la tasa turística que produce, algo que la Generalitat rechaza

Las tiranteces llegan después de que Colau reclamara gestionar el 100% de la tasa turística recaudada en Barcelona con el fin de paliar los efectos secundarios de la llegada masiva de visitantes. Una cesión a la que se resiste la Generalitat, que emplaza a la importancia de los impuestos para paliar los desequilibrios territoriales. El aumento de la recaudación podría suponer el punto de encuentro entre ambas administraciones.

Así, sí que parece que el consenso este cerca a la hora de gravar a los excursionistas –los usuarios que no pernocten en la ciudad– ya sea a través de un tributo para los autobuses o para aquellos cruceros que amarren menos de 12 horas en el puerto, hasta ahora exentos de cualquier pago. 

El impuesto barcelonés oscila desde los 0,45 euros por persona y noche para los hoteles de hasta tres estrellas, 1,10 euros para los cuatro estrellas y cuatro estrellas superior y 2,25 euros para los cinco estrellas y de gran lujo. La cifra es ostensiblemente inferior a los tributos de sus homólogas europeas.

En Ámsterdam y Berlín la tasa es del 5% de la tarifa, en París del 2% y en Roma de unos 3 euros por persona y noche

Por ejemplo, en Ámsterdam y Berlín, la tasa es del 5% de la tarifa final que se abona en el hotel. Una cantidad que se destina a mejorar la ciudad y sus servicios. En París la cantidad llega hasta los 1,5 euros excepto en las habitaciones con un coste superior a los 200 euros, que gravan el 2% de su coste.

Mientras, Italia ofrece una amalgama de distintas soluciones: En Florencia y Venecia se paga un euro por cada estrella del establecimiento y, en Roma tres euros en los hoteles de gama alta y dos euros en los de tres estrellas o menos. El impuesto llega incluso a los Estados Unidos. En Nueva York la tasa ronda los tres dólares por noche y habitación. Otros países aplican un impuesto de entre el 5% y el 7,25% de la tarifa de la estancia total.

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