Colau trata de infiltrar la tasa turística en la ley de acompañamiento

El consistorio ve el texto que acompañará unos futuros presupuestos como la oportunidad ideal para aprobar el impuesto a los hoteleros en el Parlamento catalán

El Ayuntamiento de Barcelona tiene un plan para implementar el incremento de la tasa turística que propone, y eso que no tiene competencias para hacerlo. El impuesto debe ser aprobado por el Parlament de Catalunya; por ello, la alcaldesa Ada Colau maniobra para incluirlo en la ley de acompañamiento de los Presupuestos de la Generalitat, que tarde o temprano aspira a aprobar.

Desde el mes de septiembre, representantes del consistorio y del Gobierno catalán se reunen periódicamente en una mesa de negociación para debatir la cantidad y el reparto del tributo que pagan los hoteleros por persona y noche que alojan. Tras la propuesta de gravar también a los cruceros que no pernocten en la ciudad y a los autobuses, la edil quiere aumentar el desembolso de los establecimientos, como avanzó este jueves Cerodosbé.

Sin embargo, cualquier modificación de la tasa debe ser aprobada por el parlamento catalán. Un hecho complicado de presentarse de forma individual. aseguran en el sector. Por ello, fuentes municipales vislumbran la ley de acompañamiento de los presupuestos como «una buena oportunidad» para colocar el tributo junto a un paquete de medidas global en un texto que acostumbra a convertirse en un cajón de sastre de normas sin mucho recorrido mediático.

Barcelona en Comú aspira a contar con los apoyos de Junts pel Sí y la CUP en el Parlament

Así, desde Barcelona en Comú cuentan que al negociarse el incremento del tributo con la Generalitat, la propuesta también llegaría avalada por Junts pel Sí. De hecho, Convergència y Esquerra Republicana ya votaron a favor de que BCN recaudara el 100% de la tasa producida en el pleno municipal. Un apoyo al que habría que sumar el de la CUP, pieza clave de unos presupuestos que todavía se mantienen en el aire tras meses de tiras y aflojas.

Desde el Gobierno catalán tampoco se ve con malos ojos reformular un impuesto que oscila entre los 0,45 euros para los hoteles de menos de tres estrellas hasta 2,25 euros para los establecimientos de Gran Lujo. El pasado mes de mayo, Lluis Salvadó, secretario de Hacienda, ya anunció que contemplaba la opción de elevar la tasa.

«Cuando se implantan por primera vez tributos nuevos, al cabo de tres años, cuando tienes cierta experiencia en la aplicación del tributo, ves que hay algunas cosas que técnicamente son mejorables. Está pasando con todos los nuevos tributos», aseguraba el ejecutivo catalán.

En 2012, la aprobación de la tasa se vio como un cataclismo en el sector que lamentó un «agravio comparativo» con el resto de España

La tasa turística se aprobó en marzo de 2012 gracias a los votos a favor de Convergència i Unió y la abstención del Partido Popular. La aprobación llegó rodeada de polémica, pues parte del sector vio el impuesto como un cataclismo. Tres años después, los resultados de ocupación y precio medio de Cataluña demuestran el escaso efecto del tributo en la demanda y la llegada de visitantes.

El presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona, Jordi Clos, lideró una oleada de críticas a las que sumaron distintas asociaciones hoteleras territoriales. El máximo ejecutivo de la cadena Derby Hotels advirtió de que los empresarios no estaban de acuerdo con la implantación y consideraban «un agravio comparativo» que el resto de comunidades autónomas eludieran este peaje.

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