Los deberes de los hoteleros españoles en México

La directora de Turismo del país, Lourdes Berho, demanda que se amplíe el abanico de destinos y se ofrezcan experiencias de la mano de locales

Prácticamente inventaron el destino: desde las Islas Baleares al Caribe. Cadenas como Meliá, Iberostar, Riu y Barceló exportaron a América el modelo de negocio basado en el sol, la playa y la pulserita de todo incluido para que el cliente apenas tuviera que abandonar el hotel. Durante décadas ha funcionado, pero ahora los representantes turísticos de la región ya solicitan una vuelta de tuerca a la óptica tradicional.

La directora de Turismo de México, Lourdes Berho, demanda a las firmas españolas que viren de perspectiva, pues hasta ahora sólo existía una: competir a base de precio. Con iconos como Cancún y Riviera Maya en el álbum, la ejecutiva pide a estos empresarios que aparquen la “venta masiva” y dejen de vender habitaciones a granel. La apuesta: intentar personalizar las vacaciones.

Tras las grandes alianzas con turoperadores que llenan sus camas de turistas sin muchas dificultades se esconde un negocio que al final repercute poco en el país. “Nosotros les pedimos que además de la estancia añadan experiencias en México, como excursiones de la mano de guías locales, por ejemplo”, señala Berho a Cerodosbé durante la Feria Tianguis Turístico celebrada en Acapulco.

“De este modo, ellos podrán sumar nuevos ingresos a su factura y otorgarán al cliente una vivencia única, diferente a la que podría tener si apenas abandona el resort en el que se aloja”, añade.

El modelo actual podría empezar a mostrar síntomas de agotamiento ante un rival que ya empieza a canibalizar sus reservas en las grandes ciudades occidentales: Airbnb. “Sólo es necesario mirar un destino como la ciudad de Tulum, donde la empresa está creciendo mucho”, ejemplifica. A falta de una legislación, los apartamentos ya ganan presencia entre el turista cansado de ser un simple número en establecimientos de miles de habitaciones.

Si bien la compañía tecnológica presume de mayor músculo en regiones urbanas, sólo hace falta pasear por la oferta de esta antigua civilización Maya para darse cuenta de que aquellos que deseen alojarse en entornos paradisiacos a primera línea de mar tienen cada vez más opciones. 

Pese al llamamiento, Berho conoce las dificultades de que las ideas traspasen el papel. “Es un modelo establecido, que a ellos les funciona y es difícil de cambiar”, admite. “Sin embargo, creemos que será clave en el futuro de estos hoteles”, puntualiza.

No obstante, personalizar la oferta no es la única tarea que la ejecutiva encomienda a los hoteleros. “México es mucho más que el Caribe”, advierte. En la misma línea que los principales dirigentes políticos del país, la promotora intenta dar a conocer nuevos destinos que atraigan inversión. “Las presentaciones que hicimos en Fitur –la feria turística de Madrid— tuvieron una gran acogida”, celebra.

Mientras esperan proyectos concretos, un nombre sobresale por encima del resto: Los Cabos, en el Estado de Baja California Sur. Con una oferta hotelera de mayor nivel que la media de la costa caribeña, la región se baña en aguas del Pacífico y se posiciona como pista de aterrizaje para aquellos que quieran subir el precio de sus reservas.

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