La moratoria de pisos turísticos en Madrid enciende la guerra

La suspensión de licencias a pisos turísticos en Madrid enfrenta a Manuela Carmena con Cristina Cifuentes, mientras que Airbnb desdeña el alcance del proyecto

El proyecto de paralizar las licencias a nuevos pisos turísticos en Madrid ha avivado el fuego cruzado entre el ayuntamiento y el gobierno comunitario. El consistorio aprobó una moratoria que impide abrir nuevas viviendas turísticas por un año, período que se puede prorrogar por otros doce meses, hasta que se apruebe un plan especial para regularlo.

Desde la consejeriÌa de Cultura, Turismo y Deportes han criticado al gobierno municipal de Manuel Carmena por “la falta de seriedad en sus propuestas y su constante improvisación”. Para esta área de la Comunidad de Madrid, es una paradoja que el ayuntamiento imponga una moratoria sobre una actividad “que no necesita licencia”.

El gobierno de Cristina Cifuentes había elaborado un proyecto para regular las viviendas turísticas en la Comunidad, que según la Asociación Empresarial de Hoteleros de Madrid discrimina al sector turístico en beneficio de «ciertos intereses empresariales».

Las asociaciones piden poner coto a las viviendas

Entre los colectivos que han apoyado la iniciativa de la administración de Carmena se encuentra la Federación Regional de Asociaciones de Madrid (FRAVM), que considera que todo aquello que sirva para “limitar, restringir la actividad y poner orden” en el alquiler de propiedades turísticas implica ir por “el buen camino”.

Esta institución considera que las 10.000 viviendas destinadas al turismo, sobre todo las del distrito del Centro, son “excesivas” y ve como un hecho positivo que se le imponga un freno.

Airbnb esquiva la polémica

Una de las grandes protagonistas de esta polémica, Airbnb, minimizó los efectos en su negocio y dijo que la mayoría de los anfitriones que ofrecen sus viviendas “no se verán afectados”.

Como en otras ocasiones, Airbnb se encarga de describir los “beneficios” que los usuarios de la plataforma despliegan en la ciudad. Precisó que los 642.000 huéspedes que usaron este servicio en 2016 generaron un volumen económico de 447 millones de euros en Madrid, y que el 24% del gasto de los huéspedes se realiza en locales cercanos a su alojamiento, como los 126 millones de euros que se destinaron a restaurante y bares.

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