Black Remedy: un deli tradicional con aires hipsters

Este bar-restaurante de Barcelona conjuga platos al estilo de Nueva York con cafés elaborados con antiguas recetas

Los grandes ventanales iluminan generosamente la estancia de este deli & coffe bar, y que a la vez, permiten disfrutar del paisaje urbano desde alguno de sus taburetes altos en las mesas largas para compartir.

Bajo los techos restaurados con la bóveda catalana a la vista y las pinturas policromadas recuperadas, una colección de muñecos de Atomic Boys adornan las paredes. Se evidencia un ambiente hipster de chicos con barbas pobladas y chicas gafapastas atentas a su MacBook Air. También algún turista despistado con su cámara preparada para entrar en acción y muchos con la hoja de ruta bien aprendida para descansar aquí con un buen café, algo saludable para comer y aprovechar el wifi para seguir conectados.

Así se presenta el Deli & Coffee Black Remedy, una creación de la familia Ascaso que está vinculada con el mundo del café desde hace tres generaciones. Comenzaron como fabricantes de molinos de café profesionales con la empresa Compak Coffee Grinders, con la que exportaban a más de 70 países, y co este proyecto dieron el paso de tener una cafetería propia.

Junto con los seleccionados cafés de finca y que posteriormente son procesados por microtostadoras, se acompañan de propuestas gastronómicas saludables siguiendo la filosofía slow food, como la ensaladas de autor preparadas por Lara Petraella que los mejores vegetales con cereales, granos y semillas, siempre de producción ecológica.

Estas se pueden para tomar solos o para acompañar los sandwiches como el pulled pork, el pastrami al más puro estilo de Nueva York, el philly cheese steak sandwich o las hamburguesas para veganos.

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Los ahumados son un capítulo aparte que merecen mención especial por sus lentos procesos de elaboración de varias horas, según el tipo de carne, y que siguen un método tradicional japonés; por ejemplo preparar el pulled pork lleva 14 horas, o presentar el roast beef y el slow rubbed chiked demora cinco horas después de una maceración de dos a tres horas previas.

La sección para golosos empedernidos dispone de la carrot cake y la new york cheesecake, que comienzan a ser una leyenda en la Ciudad Condal. Estos productos son fruto de la colaboración con los panaderos de Cloud Street Bakery, esos amantes de los panificados que no paran de hacer pedagogía con el uso de la masa madre y la cocción en horno de leña,  creadores de los famosos cinnamon rolls. O los donuts servidos por otra referente barcelonés que es Lukumas.

La kalita es seguramente la protagonista de todo el local, así como su lenta preparación: se moja el filtro con agua a 85º grados, se pesan 30 gramos de café en una báscula digital, y tras una preinfusión de 30 segundos que moja todo el café con el fin de que se ablande, para poder extraer más aromas de esta bebida negra. La sensación en el paladar es inolvidable.

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