Cinco vinos para descubrir en enero

Presentamos una selección de vinos ideales para acompañar platos tradicionales y a las brasas, recomendados para combatir el frío invernal

Cuando enero hace gala de su presencia, el frío lo acompaña sin pudor. En momentos familiares o con amigos, nada mejor que compartir una buena comida de carnes rojas o pescados, al horno o a las brasas, con una presentación previa de embutidos y quesos. Para acompañar estas delicias presentamos cinco vinos de diversas DO, ya sea de Rioja, Priorat o Bierzo, entre otras.

5 Finca Valdepoleo -- Bodegas Pujanza

Desde la localidad de Laguardia, bajo la DO Rioja, la Finca Valdepoleo es uno de los viñedos más representativos de las Bodegas Pujanza.
El Pujanza Finca Valdepoleo es un vino de producción limitada, elaborado con uvas de tempranillo, a partir de un coupage que mezcla las mejores vides de siete hectáreas exclusivas de esta bodega.
Fruto del paciente trabajo del propietario y enólogo Carlos San Pedro tenemos un producto que es una auténtica reinvención de los mejores vinos de Rioja.
El Finca Valdepoleo se presenta con un color rojo picota intenso, con toques violáceos. En nariz se perciben aromas a frutas rojas, como fresas y moras, así como a notas minerales. En tanto, en boca se percibe potente, y con un ligero toque amargoso. Se destaca su buena acidez.
Este producto armoniza muy bien con el cochinillo al horno y otras carnes asadas, pero también con pescados cocidos a las brasas.

4 Hombros -- Casar de Burbia

Casar de Burbia es una bodega que apuesta por la calidad y la alta expresión de sus vinos, que siempre buscan captar las esencias que aportan el privilegiado terroir de El Bierzo, en León.
Fundada a fines de la década del ’90 por Nemesio Fernández y su hijo Isidro Fernández Bello, cuenta con 27 hectáreas de viñedo ubicadas a 600 metros de altura, cerca de la localidad de Valtuille de Arriba, en esta región leonesa.
Aquí se produce el Hombros, un vino de DO Bierzo maduro y fresco, de carácter moderno, con una intensa presencia de frutas y muy expresivo. Su producción se realiza con la variedad mencía, una uva autóctona de esta región.
Estamos frente a un vino ideal para acompañar a carnes rojas, de caza, así como asados y embutidos.

3 Embruix -- Vall Llach

Esta es una pequeña joya de Vall Llach, una bodega ubicada en el municipio de Porrera, en el corazón del Priorat. El Embruix es un vino que atraviesa por un período de fermentación malolática, dividido entre un 50% en depósito y un 50% en barrica de roble francés.
En boca se le nota agradable, y con una presentación de complejidades gustativas y olfativas potentes, con un toque mineral potente, sabroso y carnoso. En nariz, se perciben aromas especiados, con notas de roble cremoso y fruta madura.
Se lo recomienda para platos tradicionales ‘de cuchara’, así como carnes a la brasa, y aperitivos con foie.

2 Vinyes del Alba Merlot -- Bodega Vinyes del Alba

La finca La Vilella, cerca del monasterio cisterciense de Santes Creus, en la provincia de Tarragona, pertenece a la familia Figueras, que tienen una larga tradición vitivinícola en esta comarca.
Situada a 490 metros de altura, esta finca cuenta con 70 hectáreas, de las cuales doce se destina a la producción de vinos. Debido a su altitud y la influencia de la marinada, la corriente de aire que proviene del Mediterráneo, la zona cuenta con un microclima especial, que logra que la uva madure más lenta y uniforme respecto a las zonas llanas cercanas.
El resultado es el Vinyes del Alba, un coupage de merlot, garnacha y sumoll, con aromas a frutas rojas, anís, eucalipto, y un punto rústico por el recuerdo de los árboles que rodean la viña.
En boca se le percibe potente y concentrado, con una buena acidez y muy varietal con una percepción fresca.
Este vino marida muy bien con platos de carne roja , guisos y pescados a la brasa.

1 Sumoll -- Can Ràfols dels Caus

Can Ràfols dels Caus cuenta con una de las fincas más bonitas del Penedès, situada en las cercanías de Avinyonet del Penedès, en pleno macizo montañoso del Garraf.
Allí se encuentra esta masía con edificios del siglo XVI, aunque su historia del lugar se remonta a la época romana. En estas bodegas se produce este vino cien por cien sumoll, una uva autóctona casi desaparecida, procedente de viñas de más de 50 años, que se recogen manualmente.
Esta apuesta, realizada por gente valiente como Carlos Esteva, permite conocer a un vino con taninos suaves, elegante y con un retrogusto prolongado. En boca también se siente un vino afrutado, con notas balsámicas y sedoso. En cuanto al aroma, se perciben suaves notas varietales con notas de bayas rojas frescas y toques minerales.
Su acidez es alta, lo que permite que estos vinos envejezcan muy bien. Por esta característica, marida muy bien con todo tipo de embutidos, así como verduras a la brasa, quesos y pastas como canelones. 

a.
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