Las emocionantes sensaciones de los vinos de Ronda

La tradición vitivinícola de Ronda cobra nuevo impulso con el trabajo de bodegas que trabajan con variedades inéditas y otras que han rescatado del olvido

La comarca de Ronda, en Málaga, nos ha sorprendido con sus variedades inéditas en el panorama español y con la elaboración de vinos con mucha personalidad. En la zona se descubrieron monedas romanas de Acinipo (Ronda la Vieja) con imágenes de vides, por lo que se deduce que la producción de vino se remonta al siglo I antes de Cristo.

Tras la plaga de la filoxera a fines del siglo XIX la zona tuvo que empezar de cero, y en la década de 1980 el trabajo de emprendedores como Friedrich Schatz y Alfonso de Hohenlohe han dado un nuevo vigor al sector.

Actualmente la Serranía de Ronda es una subzona dentro de la Denominación de Origen Sierras de Málaga, que se creó en 2001, y cuenta con 23 bodegas y una superficie de viña plantada de aproximadamente 250 hectáreas. Esta comarca se ha repoblado con bodegas pequeñas y proyectos innovadores en los que priman la calidad. Los resultados son espectaculares, porque obtienen vinos de una excelente factura, originales, frescos y aromáticos.

Varios de estos productores son originarios de Alemania, Suiza o Austria como las bodegas Kieninger, Schatz o Conrad, por ello la zona se ha especializado en variedades desconocidas para el resto de España como la zweigelt, la lemberger o la muskattrollinger.

vinos

El valor de la agricultura sostenible

Gracias a las gestiones de la agencia Akata Vino pudimos conocer algunas de las bodegas más emblemáticas de la zona, como las Bodegas Veta. Allí está a cargo Juan Manuel Vetas, quien después de trabajar en Francia en varios chateaux (bodegas) regresó a Ronda a finales de los 80 para trabajar junto al príncipe Hohenlohe.

Hemos tenido el privilegio de probar la primera añada de este vino que se ha embotellado como monovarietal. Es una añada del 2000 que tiene mucho nervio, en la que están presentes los aromas primarios de fruta roja y negra, junto con notas de balsámicos y cacao.

Lo que más me ha sorprendido de este vino ha sido la acidez vibrante que presentaba en boca, de un producto que surge de un método de agricultura sostenible, sin pesticidas, ni herbicidas ni tratamientos químicos.

La paciente recuperación de variedades perdidas

Otra bodega que hemos descubierto es La Melonera. Allí la enóloga Anna do Castro obtiene vinos elaborados con métodos tradicionales en un delicado equilibrio con técnicas modernas. El desafío fue recuperar la tradición vitivinícola milenaria de la región, y tras una precisa investigación elaboran productos como Papoya Negra y La encina del inglés (en blanco y tinto).

vinos Ronda

También cuenta con la colección M.H.V (Mankind Heritage Vines), una edición limitada de vinos exclusivos elaborados a partir de variedades autóctonas, algunas de ellas prácticamente extinguidas por la filoxera del siglo XIX, y que han sido recuperadas por la bodega.

Una cata inolvidable

El último día ha concluido con una visita a las Bodegas Lunares, con vinos destinados a entrar en la clase de alta de Ronda. Son productos de sabor largo, intenso y bien definido, que consiguen conquistar a todos los paladares. Sus variedades como syrah y cabernet sauvignon dotan a esta bodega de vinos ligeramente afrutados e intensos, como el Altocielo.

En un momento, el bodeguero Pedro Morales nos hizo catar un vino elaborado con la uva La Perruna, servida en una bota de jerez de 500 litros con 80 años de antigüedad. Fue un momento único en el que era imposible no emocionarse. Y no sólo con este vino, sino con todos los que se producen en la región de Ronda.

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