Los rascacielos de Benidorm quieren ser patrimonio de la humanidad

La ciudad del levante español quiere figurar en la prestigiosa lista junto a la Gran Muralla China o las Pirámides de Gyza. La candidatura llega a pocos días de las elecciones municipales, por lo que ha recibido críticas por populista

La Sagrada Familia en Barcelona, la Gran Muralla China, las Pirámides de Gyza y… los rascacielos de Benidorm. La ciudad del levante español, máximo exponente de los efectos de la burbuja inmobiliaria española y del turismo low cost, quiere figurar en la prestigiosa lista de ciudades Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. El consistorio de la localidad canidatará la ciudad en las categorías de Bien Cultural y Bien Natural. 

La propuesta ha sorprendido. La prensa británica –cuyos ciudadanos son visitantes habituales de la Costa Blanca– se pregunta estos días si el anuncio del alcalde socialista Agustín Navarro prosperará o si se trata únicamente de un anuncio en clave electoralista dada la proximidad de las elecciones municipales. «Queríamos proteger todo lo que hemos logrado durante las últimas décadas, así como darle dignidad y valor», aseguró el primer concejal al rotativo británico The Guardian

Ciudad de vacaciones

La idea nació hace unas semanas de la propuesta del sociólogo Mario Gaviria en la conferencia Benidorm, apuesta de futuro. En su discurso, recordó que uno de los pilares del estado de bienestar, junto a la educación, la sanidad y la cultura, son las vacaciones, y Benidorm «se construyó para materializar las vacaciones al sol de millones de españoles y europeos», y lo hace con una inmejorable relación calidad-precio. 

La ciudad competirá en las categorías de Bien Cultural y Bien Natural. Para Gaviria, Benidorm «tiene posibilidades» de obtener esta declaración, ya que, según ha dicho, cumple seis de los diez requisitos para optar a la candidatura, aunque sólo es necesario cumplir uno. Por un lado, y desde el punto de vista «físico», por su entorno natural, sus playas, su microclima y las sierras que lo generan, y por la calidad del agua. Y, por el otro, porque la ciudad es «la materialización sobre el terreno del Estado de Bienestar».

Los responsables turísticos de la ciudad afirman tener el apoyo de académicos de la universidad francesa de Angers. Estos teóricos afirman que Benidorm, que una vez fue un pequeño pueblo de pescadores, ofrece un «modelo global único para otras ciudades de vacaciones» .

 

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