La ruta de los vigías solitarios

Los faros de las costas gallegas son el hilo conductor para descubrir villas de pescadores, playas solitarias y pequeñas ermitas

Solitarios, estoicos frente a un oleaje que no deja de castigar las rocas que lo rodean, los faros son los últimos vigías solitarios que, pese a los avances en la tecnología marítima, siguen realizando un valioso servicio a la navegación.

Pero los faros también son un reclamo turístico que no decae. Su soledad y la imagen de las luces por la noche son un atractivo magnético para los amantes de la fotografía, la náutica y los paseos por los sitios más agrestes.

Descubrir el centenar de faros que se despliegan en la escarpada costa gallega puede llevar un mes, tras fatigar casi 1.200 kilómetros de costa entre Ribadeo (Lugo) en el límite con Asturias, hasta A Guarda (Pontevedra), en la frontera con Portugal. En realidad, llegar hasta los faros es una excusa para descubrir pueblos pescadores, playas solitarias, caprichosas formas rocosas, acantilados de vértigo y ermitas olvidadas. Una síntesis de la naturaleza y cultura de Galicia.

De Ribadeo a Viveiro

Este tramo propone conocer rincones de extraordinaria belleza como las playas de O Castros y Las Catedrales, replicadas en miles de fotografías. Allí se puede conocer pueblos marineros como el de Rinlo, reconocido por su gastronomía, o la histórica villa de Ribadeo. Los amantes del senderismo podrán acercarse hasta el Mirador de Santa Cruz y visitar los pintorescos faros de Isla Pancha, Punta Atalaia (en San Cibrao) y Punta Roncadoira, todos ellos en la franja costera de Lugo.

De Cedeira a Mañón

La propuesta es lanzarse hacia en lugares de gran belleza como Santo André de Teixido, la sierra de A Capelada o el cabo Ortegal y sus Aguillóns. Otra opción es acercarse hasta el cabo de Estaca de Bares, donde se funden el océano Atlántico con el Cantábrico. Uno de los grandes atractivos de este segundo recorrido es el paso por los acantilados de Picón-Loiba. El viajero descubrirá también la Ermita de San Antonio de Corveiro y los faros de Punta Robaleira, Candieira y el mirador Vixía-Herbeira.

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Faro en Punta Robaleira. 

De Ferrol a Cedeira

Este camino propone descubrir el barrio marinero de A Graña, los municipios de Mugardos, Cariño y playas como las de Doniños, Covas y Valdoviño. Una de las paradas imprescindibles es el Faro de Prior, activo desde 1853 desde el que es posible avistar la playa y la isla de Santa Comba, o acercarse hasta la cala de As Fontes. Continuando hacia Valdoviño el visitante puede acercarse hasta el faro de A Frouxeira y en Cedeira, descubrir el faro de punta Candieira.

De Malpica de Bergantiños a Fisterra

Saliendo desde Buño, en Malpica de Bergantiños (A Coruña) el viajero podrá visitar los Molinos de Ardeleiro y la ermita de Santo Adrián, desde la que es posible contemplar las islas Sisargas y su imponente faro. El faro de punta Nariga es el más joven de todos los faros de toda A Costa da Morte, donde también es posible descubrir los focos de O Roncudo, Laxe, Touriñán y el de Fisterra.

De Carnota a Porto do Son

El visitante tiene la posibilidad de conocer Carnota, la playa más larga de Galicia. El punto de partida se sitúa en Cee, donde es imprescindible visitar el espectáculo natural de A Fervenza do Ézaro. Otra parada obligada es el Hórreo de Carnota, uno de los más grandes de Galicia. En la Punta de A Ínsua, está el faro de Lariño que data de 1921; mientras que el faro de Louro en el municipio de Muros (A Coruña), es posible deleitarse con las hermosas vistas de la entrada de la Ría de Muros y Noia, de la Sierra de Barbanza e incluso, Corrubedo. En una segunda jornada se puede descubrir el municipio de Porto do Son, donde es posible acercarse hasta el Mirador de A Atalaia, y de allí continuar  hacia las playas de Baroña y As Furnas, sin dejar de hacer un alto en el camino para descubrir el puente medieval del río Sieira.

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Faro en Lariño. 

De Corrubedo (Ribeira) a O Grove

El punto de partida es Ribeira (A Coruña), donde está ubicado el Parque Natural de Corrubedo, y continúa por A Pobra do Caramiñal, Cambados y O Grove. Son paradas imprescindibles de esta ruta el faro de Corrubedo, activo desde 1854, el faro de Punta Cabalo, construido en 1852 y lugares de extraordinaria belleza como las marismas de Ribadumia, la telleira de Seixiños y la laguna de Rouxique.

Iluminando las islas Cíes

El recorrido parte en el castro y mirador de O Facho que ofrece las mejores vistas de las Islas Cíes. Esta ruta recomienda pasear por el pueblo marinero de Cangas de Morrazo y visitar la playa de Nerga. Siguiendo por la costa, el visitante alcanzará la playa de Barra, mientras que otra parada imprescindible es la Playa de Melide. El faro que permite la entrada a la ría de Vigo es el de Cabo Home, que despliega su foco hacia las islas Cíes.

Luego el viajero puede seguir por la carretera de la abrupta costa de la Vela para subir al Facho de Donón, cuya situación privilegiada garantiza las mejores vistas del archipiélago. La próxima y última parada es la parroquia de Aldán donde aguarda el famoso cruceiro de O Hío, una de las grandes maravillas del patrimonio etnográfico gallego.

Puerto de Vigo, Cangas y Baiona

Esta ruta recorre las islas Cíes partiendo desde Vigo, Cangas o Baiona en catamarán. Una vez en las islas, merece la pena descubrir el castro As Hortas, las playas de Rodas, Nosa Señora y As Figueiras o la cala de A Cantareira. La ruta hacia el Monte Faro conduce al visitante hasta el faro de las Cíes, que data de 1852. Este trayecto también conecta al visitante con el faro de A Porta desde el que se vislumbra la isla de San Martiño, donde está el faro de Os Bicos.

 

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