El aeropuerto de Barcelona se amolda al Airbus A380

El gobierno desbloquea la ampliación de espacios en la Terminal 1 para estacionar aeronaves como el A380 y el Boeing 747-8, las más grandes del planeta

El aluvión de vuelos intercontinentales en el aeropuerto de El Prat supone también una multitud de retos para el aeródromo catalán. El más grande, la mayor presencia de aeronaves de gran tamaño junto a los tradicionales Airbus A320 de Vueling o los Boeing 737 de Ryanair. La Generalitat de Catalunya ya ha encargado un estudio para conocer las consecuencias del aterrizaje de los jumbos y el Gobierno español ha dado luz verde a un proyecto para darles mayor cobijo en la Terminal 1 bloqueado desde hace dos años.

El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha aprobado la adecuación de las rampas 15 y 18 del dique Sur de la T1 para que los aviones de fuselaje ancho, utilizados en los vuelos hacia América y Asia, puedan aparcar en la instalación. En la actualidad, el espacio, de unos 150.000 metros cuadrados,  tiene capacidad para 10 aparatos pequeños.

Con la remodelación, la intención de Aena, el gestor aeroportuario español, es que en el emplazamiento también tengan cabida las aeronaves de tipo E –Airbus A330, Airbus A340, Boeing 747, Boeing 777 y Boeing 787—y tipo F –Airbus A380 y Boeing 747-8–, que obligan a una separación de 90 metros entre los ejes.

Tradicionalmente dedicada a los vuelos regionales y a otros destinos dentro del espacio Schengen, la obra también permitirá embarcar en naves de gran tamaño en la zona. La licitación se abrió en junio de 2015 por un importe de 5 millones de euros. Sin embargo, jamás fue adjudicada por culpa de una pequeña ave protegida: la terrera común, en peligro de extinción y habita en la zona.

La zona afectada por las obras en el aeropuerto de El Prat.

Tras dos años saltando de despacho en despacho, la subdelegación del Gobierno en Barcelona, el Ayuntamiento de Viladecans y la Generalitat han concluido que ni las obras ni los aviones de doble pasillo “causarán un impacto ambiental significativo”. La renovación, eso sí, se realizará entre septiembre y febrero para evitar coincidir con el periodo de cría de la especia, entre marzo y julio.

Además «para evitar cualquier interferencia con alguna especie de fauna o flora», las instalaciones auxiliares se ubicarán en una zona pavimentada bajo los porches del dique Sur. «La nueva localización asegurará la ausencia de cualquier interferencia con cualquier animal o vegetal», celebran desde el Ministerio. Otra de las medidas será la de la utilizar vallas verticales opacas en lugar de las tradicionales fabricadas con cemento y de una altura inferior a un metro.

La obra será de menor tamaño que la última acometida sobre el aeródromo catalán, a comienzos de este 2017. Desde enero y hasta mediados de febrero, los operarios asfaltaron la pista principal de El Prat, una operación que comportó una reducción de despegues y aterrizajes. Al contrario que entonces, la operación no debería alterar el funcionamiento del aeropuerto.

a.
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