¿Por qué Los Rodeos sigue siendo el peor accidente de la historia?

En las últimas cuatro décadas la aviación comercial ha hecho avances decisivos en materia de seguridad. Un accidente como aquel parece hoy impensable

Este lunes se cumplen 40 años del accidente de Los Rodeos, en el que dos Boeing 747, uno de KLM y otro de Pan Am, chocaron en la pista del aeropuerto dejando un saldo de 583 muertos y 61 heridos.

Debido a la intensa niebla, los pilotos del avión de KLM no pudieron ver al avión de Pam Am en frente. El vuelo KLM 4805 fue visible desde PAA 1736 aproximadamente 8 segundos y medio antes de la colisión, pero a pesar de haber intentado acelerar para salir de la pista, el choque era ya inevitable.

EL KLM ya estaba completamente en el aire cuando ocurrió el impacto, a unos 250 km/h. Su parte frontal golpeó la parte superior del otro Boeing, arrancando el techo de la cabina y la cubierta superior de pasajeros, tras lo cual los dos motores golpearon al avión de Pan Am, matando a la mayoría de los pasajeros de la parte trasera instantáneamente. [En total] 248 personas a bordo del KLM murieron, así como 335 de las 380 personas a bordo del Pan Am, incluyendo 9 que fallecieron más tarde por causa de las heridas.

Afortunadamente, este sigue siendo el peor accidente de la historia de la aviación, quizás por las lecciones aprendidas aquel día y que llevaron a cinco mejoras muy importantes que casi aseguran que no se pueda volver a producir un accidente así, aunque lo hemos intentado:

  1. Menor jerarquía en la cabina, que potencia el trabajo en equipo y la toma de decisiones conjuntas, haciendo que no todo dependa de la opinión del comandante.
  2. Mejores comunicaciones, tanto en lo que se refiere a los equipos técnicos como en especial a las frases que se utilizan en ellas para que no haya lugar a dudas y a que cualquier aeronave tiene que repetir toda autorización recibida de los controladores antes de ejecutar la acción correspondiente.
  3. Aeronaves más seguras, no sólo en cuanto a la monitorización de sus propios sistemas sino gracias a sistemas como el TCAS, diseñado para evitar colisiones.
  4. Pistas más seguras tanto gracias a los transpondedores que llevan los aviones e indican su posición como a sistemas de alumbrado que detectan que la pista está ocupada y encienden luces rojas en su eje si detectan un conflicto.
  5. Herramientas contra la niebla, en especial radares de tierra, que se fueron incorporando a cada vez más aeropuertos.

Sin duda alguna el mejor homenaje que se le puede hacer a los fallecidos aquel día y a quienes les sobreviven es seguir trabajando en hacer la aviación cada vez más segura.

[Más detalles sobre las causas y los acontecimientos que precedieron a la tragedia, en este artículo elaborado con motivo del 30 aniversario]

a.
Ahora en portada