Cabify se siente cómoda en el conflicto del taxi

"Cuanto más hablen de nosotros, mejor", asegura el responsable para España de la joven tecnológica, que acaba de cerrar una ronda de financiación de 106 millones. En julio la jueza dictará sentencia sobre la denuncia de la Federación Madrileña del Taxi

Es una de las tecnológicas españolas del momento. Cabify, el rival español de Uber, se reposiciona tras cerrar hace escasas semanas una inyección de capital de 120 millones de dólares (106 millones de euros), a través del grupo japonés Rakuten.

Sin dejar de mirar a Latinoamérica, donde previsiblemente se centrarán buena parte de sus esfuerzos financieros a corto plazo, esta joven compañía aspira a consolidarse en España, su mercado nativo y el origen de un tercio del total de su negocio.

Al mismo tiempo se muestra confiada ante el conflicto abierto entre los taxistas y los nuevos modelos de transporte, donde Cabify ocupa un papel protagonista. «Cuanto más hablen de nosotros, mejor», asegura a 02B Juan Ignacio García-Braschi, máximo responsable de la tecnológica en España.

A la espera de sentencia

Con un modelo similar (transporte de viajeros en vehículos con conductor y en posesión de licencia VTC) a través del que ha vuelto Uber a nuestro país, la firma española se encuentra ahora mismo en pleno proceso judicial. Tras ser denunciada en noviembre pasado por la Federación Madrileña del Taxi, la jueza denegó poco después la suspensión cautelar de su actividad en España –como sí había ocurrido meses antes con la firma estadounidense–.  

A la espera de la sentencia definitiva, que se conocerá en julio, García-Braschi no muestra signos de inquietud. «Hemos hecho nuestros deberes, no nos pueden achacar nada», asegura. «Estamos a gusto en esto», llega a decir, en referencia a su condición de enemigo público para parte del colectivo taxista.

Más usuarios y trayectos

Preguntado sobre el efecto de la polémica sobre la evolución del negocio, el directivo se muestra categórico. «En el último año y medio hemos seguido creciendo en usuarios y trayectos en todos los mercados», asegura. Aunque no aporta las cifras en España de facturación (en todo el mundo alcanzaron los 40 millones de dólares en 2015, asegura) ni usuarios (900.000 a nivel global).

«Hay una demanda real que por ahora parece que no tiene techo», afirma.

Crecimiento en España 

A día de hoy, el grueso de la flota de vehículos en España con sello Cabify se centra en Madrid (en torno a 500) y Málaga. En los próximos meses esperan dar mayor forma a su estructura en Valencia, Barcelona y Bilbao, las otras tres ciudades en las que se reparten los coches de la compañía. En total, «no más de 700», explica García-Braschi. Quien también mete a Lisboa en el saco de las conquistas en el corto plazo. 

a.
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