Así es la apuesta de Royal Caribbean por Barcelona en 2017

La naviera destinará al puerto catalán el Freedom of the Seas, un barco más pequeño que su predecesor: el gigantesco Harmony of the Seas

Barcelona no volverá a recibir al crucero más grande del mundo en sus muelles. Si en 2016 el Harmony of the Seas amarró en el puerto catalán, Royal Caribbean ha preferido que sea uno de sus hermanos pequeños quien visite la capital mediterránea en 2017. El Freedom of the Seas, encumbrado en 2006 como la mayor nave del planeta, será el inquilino para la próxima temporada.

Según la documentación a la que ha tenido acceso Cerodosbé, el buque fondeará en El Port hasta en 27 ocasiones. Lo hará cada domingo desde el día 7 de mayo hasta el 22 de octubre con capacidad para transportar a 8.041 pasajeros.  La instalación dará la bienvenida al navío a las 06:00 de la mañana para despedirlo a las 17:00 horas.

Con el cambio, la compañía con sede en Miami reducirá en más de 2.000 pasajeros su capacidad en Barcelona, que navegarán hasta los puertos de La Provenza (Marsella), Niza (Villefranche), Florencia, Roma (Civitavecchia) y Nápoles. La sustitución también conllevará un recorte de eslora, que pasa de los 362 metros a los 338.

De este modo, Royal Caribbean ya ha puesto a la venta los camarotes con un precio que camina desde los 883 euros por persona para las habitaciones interiores hasta los 1.506 para aquellos que deseen disfrutar de un balcón con vistas al mar Mediterráneo durante la navegación.

Diez piscinas y jacuzzi, un cine 3D y un campo de minigolf presiden la oferta de ocio

De cara al próximo verano, la naviera estrenará nuevos camarotes y reservados repartidos por todo el barco. La oferta de restauración también presentará novedades, con la inauguración de los restaurantes Giovanni’s Table y Sabor Modern Mexican. Una oferta gestionada por los 1.360 empleados que viajan a bordo del ‘Freedom’.

La empresa presume de un abanico de espacios de aguas por todo el navío, formada por 10 piscinas y jacuzzis, que quedan colgados del vacío generando al pasajero la sensación de estar flotando sobre el mar. Para los más pequeños de la nave pone a su disposición el H2O Zone, un parque acuático con toboganes y simulador de surf. Mientras, los mayores de la casa pueden relajarse con una carta de más de 1.000 tratamientos de spa.

La apuesta por el ocio no se detiene aquí. El barco proyecta estrenos de cine en una sala con capacidad para emitir en 3D, tiene un campo de minigolf, una pared de escalada y una pista de patinaje sobre hielo. Tras la acción, nada mejor que entregarse a la selección de vinos tintos y blancos en el bar de vinos Vintages y dar un paseo por su galería de arte.

 

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