El Prat delata cómo los fondos exprimen Aena

Los accionistas celebran 1.000 millones de dividendo en dos años y una escalada del 186% de la acción mientras claman viajeros, aerolíneas y trabajadores

Jueves, 27 de julio. Aeropuerto de Barcelona-El Prat. Día de máxima afluencia. Colas de hasta dos horas en los filtros de seguridad. Y sólo 6 de los 10 tornos de la instalación abiertos. Es sólo un ejemplo de la degradación del servicio aeroportuario en España, que no deja satisfechos ni a los viajeros, ni a los trabajadores ni tan siquiera a las aerolíneas. Ahora bien, los accionistas de Aena, el gestor de las instalaciones, andan encantados. Lluvia de dividendos y una revalorización del 186% del precio de la acción en apenas dos años.

La instalación catalana suma cuatro jornadas seguidas de colas debido a una huelga encubierta del personal subcontratado por Eulen en los filtros, que reclama un aumento de personal. La adjudicación, que incluye a 300 empleados, fue licitada a la baja en junio de 2016 por 23,6 millones de euros y un periodo de dos años. De hecho, una compañía de seguridad ha argumentado a Economía Digital su ausencia en el concurso debido a la imposibilidad de rentabilizar el convenio.

Mientras un portavoz explica que el monopolio semipúblico trabaja “por todas las vías” para remediar las largas hileras de viajeros, otras voces defienden la externalización de un servicio que sobre el papel debe prestar apoyo a la Guardia Civil pero acaba siendo el músculo fundamental de la operativa. La alternativa: el modelo estadounidense, en el que la policía es la única encargada de estos filtros.

Además, Aena perdió el control de los filtros. Si hasta entonces la organización se basaba en operarios de Prosegur dirigidos por trabajadores de la sociedad que saltó a bolsa en 2015, ahora es la adjudicataria la que tiene la potestad de decidir cómo gestionar los arcos de seguridad, cuántos tener abiertos y cómo distribuir a la plantilla.

Una concesionaria de Aena: «las adjudicaciones siempre se renuevan a la baja»

Pero la huelga en los filtros de seguridad no es un caso aislado. Obviando las colas en el control de pasaportes de junio –que obedeció a la falta de policías–, la instalación catalana ya ha sufrido huelgas en el servicio de restauración, adjudicado a Eat Out, y el de limpieza, de Sacyr. Para agosto hay convocada otra protesta del personal de los portaquipajes, de Adelte –la empresa de Josep María Bartomeu, presidente del FC Barcelona–.

Fuera del aeródromo mediterráneo, los vigilantes de acceso al Aeropuerto de Madrid-Barajas, de Prosegur, también convocaron paros a mitades de julio. Lo mismo ha hecho el personal de seguridad, también de Prosegur, y limpieza, de Kle, en los aeródromos de Ibiza y Málaga.

“Las adjudicaciones cada vez son más justas, más complicadas de rentabilizar, siempre se convocan a la baja”, lamentan desde una concesionaria bajo condición de anonimato. “Y si bien el turismo no ha parado de crecer, esto no se ha visto reflejado en nuestras condiciones”, añaden. El descontento viaja desde la restauración a la seguridad a través de las salas vip.

Aena ha repartido 1.000 millones en dividendos y la acción se ha disparado un 186% en dos años

Y es que impulsado por el récord turístico español, el cava corre entre los fondos de inversión que completan el accionariado de Aena. Desde su debut en los parqués –en febrero de 2015— la valoración del papel se ha disparado un 186% desde los 58 a los 166 euros, hasta los 25.000 millones de capitalización.

Los ingresos no paran de crecer de la mano de la transformación de los aeropuertos en centros comerciales y el aumento de pasajeros. En el primer semestre de 2017 superan en un 7,5% las métricas del año anterior, cuando se rebasaron los 230 millones de viajeros.

TCI Fund (15,7%), HSBC (5,2%), Deutsche Bank (4,3%), Talos Capital (3%) y BlackRock (2,9%) celebran también un alud de dividendos desde su entrada, pues ya rozan los 1.000 millones de euro (2,7 euros en 2015 y 3,8 euros en 2016). Para el próximo ejercicio, varios analistas auguran que el reparto pueda superar los 4,5 euros por participación.

El apetito de los fondos no se detiene. Liderados por TCI y con el apoyo de los altos ejecutivos –que ven cómo podrían equiparar sus sueldos de trabajadores públicos a los de las grandes corporaciones del Ibex— abogan por la privatización total. Un cambio que facilitaría el asalto a aeropuertos de otros países con el sector liberalizado. 

El enfrentamiento con las aerolíneas

Ante las tentativas frustradas por el gobierno, los inversores buscan otras fórmulas de maximizar el beneficio. Si las constantes huelgas y conflictos laborales acaban por mermar la satisfacción del viajero, la relación con las compañías aéreas anda por los mismos derroteros a pesar de que Aena haya acabado por claudicar.

Aprobrado en enero, el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) fija una rebaja de tasas aeroportuarias progresiva del 11% hasta 2021. La cifra llega tras un duro enfrentamiento con la patronal de aerolíneas y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), pues el plan inicial del Ministerio de Fomento era congelará el impuesto aplicado a las operadoras durante el próximo lustro.

«¿Es normal que las tarifas de Aena las fije el propietario del 51% de la empresa?”, se preguntaba José María Marín Quemada, presidente de la CNMC. «¿No sería mejor que las fijara un organismo independiente como en Europa?», añadía.

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