Ryanair amenaza a España con desviar turistas a Europa del Este

La compañía ahorra 440 millones de euros por el precio del combustible y el jueves cerrará el ejercicio con unos 1.200 millones de beneficios. Además, celebra los resultados de la nueva estrategia amable implantada hace ya casi dos años.

Se acabó la disciplina militar en Ryanair. La aerolínea cambió hace dos años la marcha de Schubert por El Danubio Azul de Strauss e intenta transmitirlo hasta en los nuevos Boeing 737-800 que ha empezado a recibir. El número de pasajeros crece al ritmo del 10% gracias a las mejoras en la atención al cliente y al fin de los sobrecostes desorbitados. «Ahora es posible porque el pasajero ya está educado en nuestra cultura; era una maniobra –entre otras- para optimizar al máximo el tiempo entre vuelos», explica José Espartero, director de ventas en España y Portugal.

La nueva política también ha repercutido en la plantilla, defiende. «A finales de 2015 firmamos un aumento de sueldo para los próximos cinco años en 76 de las bases que tenemos repartidas por Europa«, explica. La irlandesa subcontrata la mitad del equipo a través de Crewlink, «pero cumple con la legislación en materia de descansos a rajatabla».

Disparados en 2016

Desde la aerolínea calculan que 3 de cada 10 nuevos pasajeros volarán con Ryanair en la próxima década. Un crecimiento apuntalado con los bajos precios del crudo, que han ahorrado entre 430 y 440 millones de euros a la firma. «Lo vamos a repercutir en el precio de los billetes», promete. Con la rebaja, estima en 1.200 millones de euros los beneficios del año fiscal que acabará en próximo 31 de marzo.

Pese a que se resiste a ofrecer las cifras económicas del mercado español –no las desglosan por país-, Espartero sí explica que la Península Ibérica representa el 40% de su volumen. Trasladar el porcentaje a la facturación sería erróneo, pues los precios de la región son más bajos que, por ejemplo, en Alemania e Italia. «Ganamos dinero en España», aclara para despejar cualquier atisbo de duda.

La comparativa con Vueling

De lo que más orgulloso se muestra es del crecimiento sostenido que ha vivido. De las 330 naves que posee en la actualidad pasará a 540 en 2024. «Otras, como Vueling, han tenido una progresión exagerada», compara. Veranos como el pasado, en el que los retrasos se dispararon y las quejas de los pasajeros de usuarios se multiplicaron «no pueden permitirse repetirlos. Nuestra puntualidad en ese mismo periodo superó el 90%», vuelve a equiparar.

En 2015, Ryanair se impulsó hasta los 30,4 millones de viajeros, diez más que la low-cost de IAG. Ya hace unas semanas, el hasta el próximo viernes presidente de la compañía, Ãlex Cruz, lamentaba que «la primera aerolínea de España no fuera española». Espartero ve casi imposible que le arrebaten el liderazgo. Aún así, no duda en reconocer el buen trabajo realizado por el directivo vasco en sus años al frente de la entidad.

La apuesta por España

La aerolínea incide constantemente en la importancia del mercado español para su negocio. En otoño abrió una nueva base en Castellón y en enero otra en Vigo. «Es complicado determinar si vamos a hacer operaciones similares en 2016, porque se debe mirar desde el prisma global», reconoce. «Interesarnos, nos interesa, pero lo que sí haremos será aumentar frecuencias en los aeropuertos en los que ya operamos», augura.

Sin embargo, no se trata de un cheque en blanco. «Si no se aplican medidas para fomentar el turismo, Europa del Este y países como Grecia podrían sustituir a España», advierte. «Al final, si las tasas son más bajas allí, la aviación es un negocio y la distancia de volar desde el Reino Unido hasta la zona es parecida a conectar con la Península Ibérica», añade. Sin olvidar que España ya ‘pesca’ de la inestabilidad política del Norte de Ãfrica.

El dirigente valora positivamente la congelación de tasas de Aena -aunque sonríe al reconocer que preferiría que se hubieran bajado-, pero la queja se traslada a decisiones puntuales. Un ejemplo es la negativa del gestor a una reducción tarifaria a cambio de aumentar el tráfico en el aeropuerto de Palma de Mallorca durante el invierno. «La oferta sigue en pie pese a haber sido rechazada» y tras el anuncio de Air Berlin de abandonar la base.

¿Y en Cataluña?

Otra de los lamentos de la compañía irlandesa es el impuesto medioambiental que quiere imponer la Generalitat de Cataluña. Un coste que le llevó, hace dos meses, a amenazar con reducir su presencia en Girona.  En la base catalana, la aerolínea ha presentado un ERE que reducirá la jornada laboral y el salario de la totalidad de la plantilla. Espartero relativiza la vinculación entre ambos hechos. «En el recorte, que todavía se está discutiendo, tiene parte de culpa el cierre de bases como Alguer, hacia la que se operaban vuelos directos», ilustra.

El directivo español recuerda: «Seguimos comprometidos con el aeropuerto y una prueba es que el 90% de la operativa es de Ryanair. Lo que ha sucedido es que El Prat se ha convertido en nuestra instalación principal en el país por lo que ha habido un trasvase de pasajeros».

A la instalación barcelonesa le pone unos deberes: Crecer en el largo radio. Mientras negocia con TAP e IAG para llegar a acuerdos de código compartivo en vuelos intercontinentales, reconoce que les «encantaría nutrir de pasajeros las rutas de larga distancia que se operan desde la capital catalana».

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