Un político para liderar Turismo de la Generalitat

El sector destaca la labor de Marian Muro para promocionar Cataluña pese a los problemas internos en la Agencia Catalana de Turismo

Sus filias políticas son desconocidas, pero se mueve como pez en el agua en el circo. Con dos décadas de experiencia en un cargo público, Octavi Bono dirigirá la Agencia Catalana de Turismo (ACT). Tras promocionar la marca Tarragona desde el Patronato, ha sido el escogido por la Generalitat para sustituir a Marian Muro, que se incorporará al grupo de autobuses Juliá el próximo día 19 como directora general en España.

«El relevo no será traumático», esperan desde el sector. Licenciado en Ciencias Políticas y Turismo, la carrera de Bono parecía dirigirse desde hace años a la dirección general de turismo. Culer de nacimiento, comparte preocupaciones con Muro. «La promoción turística y la regulación de la vivienda ilegal seguirán siendo los dos grandes puntos del proyecto», explica Joan Gaspart, presidente de Barcelona Turisme. Eso sí, con la mano izquierda que en ocasiones le faltó a su antecesora ante las presiones recibidas desde el departamento de Presidencia.

Las fuentes consultadas coinciden en la validez del flamante fichaje e intuyen la mano de su predecesor en el nombramiento. El principal reto lo tiene en casa: Calmar un organismo en el que los problemas laborales se aglutinan y con unos sindicatos en pie de guerra. «El clima es malo», confirman fuentes de la ACT.

Su carrera al frente de Turismo tiene dos grandes hitos: «La implementación de la tasa turística y la lucha contra la vivienda ilegal», señalan

La otra ‘patata caliente’ será el papel del sector privado en el desarrollo turístico de Cataluña. Muro siempre lo tuvo muy claro. Con una carrera empresarial hizo un mantra de la frase «la administración debe estar al servicio del sector». Bono, que sí tiene vocación política, deberá caminar entre no enfadar al empresariado y dejar su impronta.

La carrera de la ejecutiva vuelve a vincularse ahora con la de Martí Sarrate, presidente de la Asociación Catalana de Agencias de Viajes -de la que Muro fue gerente durante casi 15 años- y director general de JuliaTours, la rama de viajes del grupo Juliá. «Su etapa al frente de la ACT tiene dos hitos destacables», señala. «»La implementación de la tasa turística a los hoteleros y la lucha pionera contra la vivienda ilegal», detalla.  El entorno de la antigua cara visible de la ACT coincide en destacar su «falta de vocación política», una de las razones que la acabaron de empujar de vuelta a la empresa.

Ahora, sólo piden que su sucesor no olvide el trabajo iniciado por ella, especialmente en la lucha contra la vivienda ilegal y Airbnb. «Muro ha sacado a la luz una ingente cantidad de pisos turísticos ilegales», celebra Enrique Alcántara, de la patronal de viviendas turísticas Apartur. Con una regulación para algunos empresarios demasiado laxa y para otros miembros del Govern demasiado dura, en una entrevista a Cerodosbé presumía de haber regulado 275.000 de los 500.000 inmuebles irregulares que existen en Cataluña. 

El Ayuntamiento de Barcelona destaca la cordialidad que ha existido siempre entre ambas instituciones

En esta guerra ha contado con el Ayuntamiento de Barcelona como fiel aliado. Pese a los encontronazos sufridos en otros ámbitos, como la promoción de la ciudad como un destino de turismo médico, Agustí Colom, concejal de turismo, destaca «la cordialidad que ha existido siempre entre ambas instituciones». En la lucha contra las plataformas de alquiler turístico, las sinergias han sido totales y si la Generalitat fue la primera institución en sancionar a Airbnb, el consistorio se ha sumado en el último año. «Cuando han existido discrepancias las hemos podido solventar desde el diálogo», agradece.

Bajo su mandato, el número de visitantes a Cataluña ha pasado de 13,7 en 2011 a 17,4 en 2015. «La gestión turística no es sólo promoción, también hay que canalizarlos, segmentarlos y ordenarlos», explicaba el pasado mes de noviembre en una charla en IESE.  Las llegadas contribuyen ahora más a las arcas de la región gracias a la implementación de la tasa turística, que lideró tras lograr convencer a los hoteleros, que rechazaban la medida en bloque.

Si el empresariado lamenta la marcha de Muro, sus propios trabajadores parecen haberse quitado un peso de encima. En un comunicado enviado a sus afiliados, Comisiones Obreras ilustraba su boicot a la fiesta de despedida celebrada este martes. «Las oficinas de turismo están peor que nunca, faltas de personal y a una presión límite”, denunciaba.

 

a.
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