Aena sufre en Londres mientras sueña con internacionalizarse

Varapalo al negocio internacional del gestor aeroportuario que llena de razones al gobierno para frenar la expansión en el extranjero

“Frenar la internacionalización de Aena sería un error propio de un país con poca ambición”, alertaba José Manuel Vargas, presidente del gestor aeroportuario, hace un año. Si bien la semipública avanza a toda velocidad, el negocio en el extranjero de la compañía es la única mancha en los números del último trimestre. El Aeropuerto de Luton (Londres), el único de la empresa fuera de España, ensucia las cuentas presentadas este miércoles. Precisamente cuando los cantos de expansión resuenan con más fuerza.

La cotizada se lleva un duro varapalo en los últimos tres meses en el archipiélago británico. Así, el beneficio antes de impuestos cae al ritmo del 30%. Más comedida, aunque también negativa, es la tendencia de los ingresos, que bajan un 0,3% hasta los 97,6 millones.

La única métrica positiva llega con el volumen de pasajeros en alza: desde los 6,7 millones hasta los 7,5 millones, un 13,3% más. Sin embargo, la carga desciende desde las 13.343 toneladas a 11.137 toneladas, un 16,5%.

Aena justifica el descenso de las ganancias por la devaluación del 12,7% de la libra. Sin tener en cuenta el efecto de la moneda “los ingresos aeronáuticos han crecido 11,2% y los ingresos comerciales un 13,4%”, defienden. Además, los gastos también crecen debido a los acuerdos alcanzados con la plantilla del aeropuerto de Luton para cerrar el plan de pensiones definido. Un pacto que ha costado 8 millones de euros a las arcas de la sociedad.

Así, la deuda financiera de la compañía ha disminuido hasta los 7,846 millones de euros frente a los 8.229 millones. Una cantidad en la que 349,6 millones pertenecen a la instalación británica, que está inmersa en un plan para incrementar su capacidad desde los 12 millones a los 18 millones de pasajeros anuales.

Mientras, la cúpula de Aena no abandona su objetivo de elevar la internacionalización de la empresa para convertirse en un actor global. Un plan segado por el gobierno, que ha dado la orden de frenar la privatización de la compañía, de la cual todavía mantiene un 51% de la propiedad.

El vínculo entre ambos movimientos obedece a las escasas expectativas de que una administración extranjera ceda el control de una infraestructura estratégica a una sociedad pública de otro país. Fuentes del sector explican a Cerodosbé que el ministerio de Fomento no es partidario de dejar el control del gestor en manos privadas por mucho que los principales accionistas, liderados por The Children’s Investment Fund(12%), insistan al ejecutivo. 

a.
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