British Airways gasta 470 millones en el viajero business. Así los invierte

La aerolínea renueva salas vip, reinventa los menús de a bordo y ayudará a los pasajeros a descansar a bordo

Si la decisión más polémica del corto mandato de Álex Cruz al frente de British Airways ha sido la de retirar los bocadillos gratuitos para los pasajeros de clase turista, el ejecutivo español quiere ahora mimar al viajero business. La aerolínea de International Airlines Group –que también engloba a Iberia, Vueling y Aer Lingus— invertirá en los próximos meses hasta 470 millones de euros para mejorar la experiencia de viajar en primera clase.

La firma ha dado a conocer hace pocas semanas las nuevas salas vip en el aeropuerto londinense de Gatwick y en el de Boston. El espacio británico brilla por la abundante luz natural de la que presume y es un 40% más grande que su antecesor. Mientras en El Prat los responsables de la instalación se sonrojan por unos salones anticuados, en la instalación del archipiélago se puede encontrar un enchufe en todas las mesas y bancos.

Rodeados de obras de arte de artistas ingleses, los pasajeros podrán degustar bufés calientes y fríos además de un bar con champán, vinos y cervezas. El menú constará de platos de pescado, alcachofas, patatas fritas, hamburguesas y ensaladas.

No obstante, British Airways va a por más: tiene previsto gastar 75 millones en los salones del aeródromo neoyorquino John F. Kennedy en los próximos dos años, informa el Daily Mail. En el próximo ejercicio también pasarán por el taller las salas de Aberdeen, Roma y Ginebra mientras que el siguiente será el turno para San Francisco, Johannesburgo, Manchester y Chicago.

Una vez en el aire, la aerolínea también exprime la doble vara de medir. Si los pasajeros de clase turista deberán pagar casi cinco euros por un sándwich, los de primera clase verán como “la experiencia a bordo se ha reimaginado”, celebra Cruz. “Tenemos que concentrarnos en mejorar la oferta Premium, ofreciendo servicios actuales y un cátering mejorado”, añade.

Por ejemplo, a partir de septiembre y en los vuelos entre Londres y Nueva York, los ágapes serán servidos en carros de exhibición para que los usuarios puedan ver y seleccionar los platos de primera mano. Durante el trayecto se ofrecerán hasta tres tipos de champán, dos cócteles y una selección de cuatro vinos, siempre “con una vajilla fresca y haciendo énfasis en la presentación”.

Entre las opciones del menú sobresalen el tartar de salmón, una burrata con carpaccio de tomate o –las raíces tiran— un jamón ibérico servido junto a una ración de queso manchego. En el postre, tarta de limón, frambuesas, fresas frescas y compota de mango. El servicio se extenderá por toda la red a lo largo de 2018.

Con el estómago lleno, British Airways quiere ayudar a los pasajeros a convocar el sueño. A partir de este mismo verano se introducirán ropa de cama, edredones, máscaras para los ojos y almohadas más grandes a bordo. 

a.
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