Gallego confirma el tercer ERE de la nueva Iberia

Advierte de que "todavía hay algunas direcciones sobredimensionadas" y aplicará el recorte sobre 1.000 empleos

Iberia se mantiene firme en el propósito de recortar costes operativos. Tras suprimir hasta 5.000 empleos en dos ERE sucesivos durante los últimos años, el presidente, Luis Gallego, ha confirmado lo previsto: se suprimirán 1.000 puestos de trabajo adicionales. «Todavía hay algunas direcciones sobredimensionadas sobre lo que necesitamos para poder competir eficientemente», ha justificado el ejecutivo.

Como avanzó Cerodosbé en julio, el recorte afectará especialmente al área de mantenimiento y a las oficinas centrales. De los 16.500 empleados, un 6% se podrá adherir de manera voluntaria al plan de bajas, en el que también se incorporará personal de del servicio de handling y tripulación de cabina. «Se nos ha generado un pequeño excedente que nos gustaría ajustar», ha añadido Gallego a EFE.

La prudencia marcará ahora el compás en la aerolínea española. El objetivo será «ajustar y rentabilizar la capacidad» existente. De hecho, tras recuperar las rutas a Puerto Rico y Johannesburgo y lanzarse a la conquista de Asia -con nuevos vuelos a Tokio y Shanghái– estaba prevista una expansión «más agresiva». No será así. Es más, se ha eliminado del mapa de destinos a Estambul, Lagos y Accra y se han reducido las frecuencias hacia Brasil y Venezuela.

El petróleo barato propicia que compañías menores se lancen a competir de manera más agresiva en Latinoamérica

La coyuntura actual juega una mala pasada al crecimiento de Iberia. La filial de IAG -que también engloba a British Airways, Vueling y Aer Lingus– echa el freno ante la crisis económica de algunos países en Latinoamérica, la amenaza terrorista en Europa, el «brexit» y la falta de gobierno en España.

Además, los precios bajos del petróleo propician que compañías con menor capacidad operativa se lancen a competir de manera más agresiva en mercados como Latinoamérica. El incremento de la competencia ha llevado a un retroceso en los ingresos. «El reto está ahora en reducir los costes a mayor velocidad», augura Gallego.

a.
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