Vueling afila los colmillos en Italia

La aerolínea de bajo coste asaltará el mercado doméstico transalpino ante la crisis de Alitalia

En la aviación europea impera la ley de la selva: el más fuerte es el que acostumbra a imponerse. Y cuando un depredador se encuentra con un competidor malherido no tarda en lanzarse a por sus dominios. Con Alitalia desangrándose en la enésima crisis, las aerolíneas del continente han virado los ojos hacia el país transalpino. Una de las que lo ha hecho con más fuerza es Vueling, que tiene en Italia su segundo mercado y se erige como el segundo operador más importante del aeropuerto de Roma-Fiumicino.

“Nuestra estrategia en el país es muy parecida a la que desarrollamos en su momento en Barcelona”, explica Javier Sánchez-Prieto en una entrevista concedida a Cerodosbé. Para reproducirla quiere elevar el número de destinos en el territorio pero, sobre todo, aumentar la conectividad interna. Ahora, la actividad doméstica de la filial de bajo coste de International Airlines Group –que también engloba British Airways, Iberia y Aer Lingus—se limitan a unir Roma con Catania y Palermo.

“Vamos a buscar oportunidades en el mercado doméstico a tenor del contexto actual”, dispara el ejecutivo. Una, por ejemplo, llega tras la cancelación de la conexión entre la capital italiana y Milán por parte de Alitalia. “Estamos revisando nuestra planificación en el país ahora mismo”, desvela. “Algo totalmente normal y que hacemos cada año”, matiza.

Los Airbus de Vueling no se propagarán por la bota de un día para otro. “Nos gusta invertir y asumir riesgos, pero vamos a ser prudentes”, avisa. Una estrategia acorde con la rebaja de revoluciones por la que ha optado la compañía tras la crisis del pasado verano. El crecimiento global en 2017 será al ritmo del 2% y a lo largo del próximo lustro se mantendrá en el 7%.

“El desarrollo avanzará a una velocidad que podamos asumir a nivel operativo”, detiene. Todavía en el recuerdo, la oleada de retrasos y cancelaciones sufridas en julio de 2015 por un incendio en el aeródromo de Fiumicino. Entonces, incluso la Aviación Civil italiana amenazó con retirar la licencia a la low-cost.

Desde hace dos años la marca Vueling recupera poco a poco el prestigio. “Estamos mejorando mucho, pero salvo en Roma todavía no somos lo suficientemente conocidos”, lamenta Sánchez-Prieto. Y sentencia: “tenemos mucho camino por andar”. El objetivo final es convertirse en un actor relevante en el mercado italiano, “que los viajeros no necesiten entrar en comparadores, pues al acceder a nuestra página web tengan los destinos que necesiten”, aspira.

Al reconocimiento contribuirá el aterrizaje de Level, la low-cost de largo radio de IAG, en la capital transalpina. Como Willie Walsh, consejero delegado del grupo aeronáutico, explicó a Cerodosbé, París y Roma aparecen señaladas en el mapa como las siguientes paradas en la expansión de la flamante marca inaugurada en Barcelona.

La aerolínea catalana alimentará estas rutas transatlánticas. Sin embargo, la simbiosis entre ambas compañías no segará la independencia de las colas grises y amarillas. “No vamos a sacrificar nuestro crecimiento en detrimento del de Level”, advierte el directivo español. “Eso sí, lo más lógico es que la expansión de ambas coincida y vayamos de la mano”, reconoce.

El transporte de viajeros a los grandes hubs de la compañía cobra ahora especial importancia. La aerolínea ya se ha puesto manos a la obra en plazas como la capital italiana, que ha reforzado a lo largo del último año con el cierre de las bases de Catania y Palermo –pese a seguir operando en dichos aeropuertos– con tal de robustecer la operativa.

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