Altaïr amplía capital para potenciar la revista y lanzar un foro de debate

La empresa fundada por Pep Bernadas ofrece viajes a Cerdeña, Islandia o Japón con guías intelectuales

Altaïr se refuerza. La empresa propietaria de la histórica librería de la Gran Via de Barcelona y de la revista de nombre homónimo ha ampliado capital en 300.000 euros. El objetivo, según explica a Cerodosbé el propietario, Pep Bernadas, es relanzar Altaïr Magazine y reforzar el papel de la tienda de libros como punto de encuentro cultural. Además, la inversión servirá para ampliar la cafetería del local y ofrecer nuevos viajes a través de la agencia Orixà, que pasa a recibir el nombre de Viatges Altaïr.

El magacín Altaïr, lanzado en 1991, inició en 2014 una nueva trayectoria eminentemente digital que cuatro veces al año se complementa con la revista en papel. El objetivo de la publicación, remarca Bernadas, es no hablar «de viajes sino desde los viajes». Por ejemplo, el último número es un monográfico sobre Montevideo que aborda la historia urbana y cultural de la ciudad a través de entrevistas, crónicas y fotografías.

El empresario acudió a presentar la revista a Uruguay e incluso se presentó en casa del ex presidente José Múgica para entregarle un ejemplar. Con 240.000 usuarios de 184 países diferentes, el magacín tiene especial presencia en Latinoamérica.

La otra pata del negocio, la agencia de viajes Orixà, ofrece viajes como «espacios de conocimiento y no solo de ocio», explica Bernadas. Uno de los valores diferenciales de su propuesta es que los guías son intelectuales locales, que ejercen como anfitriones y en algunos casos incluso acogen a los turistas en sus casas. En el caso de Cerdeña, un escritor de novela gráfica enseña a los visitantes sus lugares preferidos de la isla italiana. 

La filosofía que hay detrás es enseñar al turista «no solo la geografía sino lo que sucede en la sociedad del destino». 

Para el empresario, el viaje no es «lo que ves» sino «las preguntas que te has hecho al encontrar cosas que no esperabas». Lo cierto es que estos viajes artesanales para grupos de no más de doce personas han encontrado un nicho de mercado. Así lo demuestra el repunte de la facturación de Orixà en 2016, cercano al 7%. Entre la veintena de destinos que ofrece la agencia se encuentran países como Armenia, Rumanía, Islandia o Japón.

Bernadas no oculta que le gustaría encontrar un inversor para poder retirarse de la gestión de la empresa. Sin embargo, pone una condición a quien recoja el testigo. Debe entender la idiosincrasia de Altaïr. «Solo funcionando como un negocio puede perder calidad», señala.  Altaïr facturó 2,33 millones en 2015, un 18% más que un año antes.

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