Atrápalo ya vende lo mismo en Latinoamérica que en España

La tecnológica admite que se ha quedado atrás en seducir al usuario una vez en el destino pero apuesta por sus aplicaciones móviles para corregir la dinámica

Si las grandes tecnológicas estadounidenses nacieron en un garaje, Atrápalo lo hizo alrededor de unas cañas en la mesa de un bar. De aquella tarde de 1999 a día de hoy han pasado 17 años y los tres emprendedores que soñaban con protagonizar el penúltimo proyecto rompedor de Internet ahora gestionan más de dos millones de pedidos anuales. En 2016, la compañía de venta de ocio -reserva de hoteles, vuelos, entradas de teatro…- está presente en seis países y afronta de manera decidida su expansión por Latinoamérica. «Un territorio prácticamente virgen, que tiene un largo camino por recorrer», ilustra Nacho Giral, cofundador de la empresa.

Tras aventuras fallidas en Francia e Italia, la sociedad decidió focalizar su crecimiento en el Nuevo Continente. A lo largo del último lustro ha abierto delegaciones en Colombia, Chile, Perú, Argentina y México. «Hemos pasado dos o tres años difíciles, pues todos los beneficios que obteníamos en España los invertíamos allí para enjuagar pérdidas», recuerda.

Ahora, la paciencia recoge sus frutos. «Colombia y Chile ya suman beneficios por segundo ejercicio consecutivo», desmenuza. «La principal novedad está en Argentina y Perú, que por primera vez empiezan a ganar dinero», celebra. Sólo falta México, todavía en números rojos con apenas un año y medio en el historial de la firma.

Pero el desarrollo no se cesa. Atrápalo ya opera en Costa Rica, Panamá y Guatemala. «Puede ser que abramos en Ecuador y que Argentina gestiona los mercados de Uruguay y Paraguay«, dibuja Giral en la hoja de ruta. El futuro pasa por Latinoamérica. «La facturación ya está prácticamente al 50% con España», celebra.

 «De no ser por el cambio de moneda, facturaríamos unos 350 millones de euros en 2016», señala Giral

Pero el hemisferio sur tiene sus riesgos y muchas de las economías de la zona están marcadas por la inestabilidad. Es el caso de Brasil, país por el que la tecnológica apostó con fuerza durante cuatro años. «Es un estado muy complicado que, además, vive una crisis económica muy grand», analiza. «Por todo esto decidimos abandonarlo», recuerda.

Además, la devaluación de las monedas de la región golpeará los resultados de la entidad. «De no ser por el tipo de cambio, facturaríamos unos 350 millones de euros en 2016», señala. ¿Ganará dinero Atrápalo este año? «Desde el año 2002 que hemos ganado dinero y este ejercicio lo volveremos a hacer», responde –aunque se resiste a dar la cifra concreta–. 

 «Estamos un poco retrasados a la hora de cubrir las necesidades de los clientes una vez llegan a su destino», reconoce

La compañía trabaja en una doble expansión. La territorial, por un lado, la de negocio, por el otro. «Ahora estamos centrados en combinar todos los productos de ocio que ofrecemos, de manera que un usuario compre un vuelo a Madrid y, a su vez, reserve entradas para ir a ver El Rey León al teatro, por ejemplo», diseña.

Giral no titubea a la hora de ponerse deberes: «Estamos un poco retrasados a la hora de cubrir las necesidades de los clientes una vez llegan a su destino». Pero avisa: «Lo estamos trabajando, especialmente a través de nuestras aplicaciones móviles». La próxima batalla en el sector turístico ya no se librará para enviar a los usuarios a su destino. Será por convertirse en imprescindible una vez el cliente haya llegado al hotel. 

 

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