Barcelona Turisme paga 200.000 euros para ponerse al día con Hacienda

El consorcio liquida el impuesto de sociedades hasta el año 2011, del que se creía exento desde 2003

Los inspectores de Hacienda tocan la cresta a Barcelona Turisme. El consorcio de promoción turística de la capital catalana ha tenido que pagar 200.000 euros en concepto del Impuesto de Sociedades, del que se creía exento desde el año 2003. La liquidación contempla los ejercicios entre 2011 y 2015.

Según justifican fuentes del patronato, participado por la Cambra de Comerç y el Ayuntamiento de Barcelona, en 2003 se encargó un estudio que dictaminó que al tratarse de una entidad semipública no debía pagar la tasa. De hecho, en las cuentas a las que ha tenido acceso Cerodosbé, la organización dirigida por Jordi Williams defiende que “cumple los requisitos necesarios para acogerse a la exención prevista en el artículo 9 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades”.

No obstante, en 2015 Barcelona Turisme encargó al despacho Roca Junyent una revisión del informe. El resultado: el consorcio sólo está parcialmente exento. Los ingresos procedentes de la venta de productos de promoción o los obtenidos a través de las oficinas de turismo sí que deben tributar.

Así, la organización liquidó el impuesto del ejercicio vigente y los cuatro años precedentes, el póker de ejercicios abiertos a inspección por parte de Hacienda. Las mismas voces cifran en unos 200.000 euros la cantidad ingresada al erario al sumar el montante de cada periodo y las multas impuestas.

El Impuesto de Sociedades ya se incluirá en los resultados del año 2016, que se aprobarán entre el próximo mes de junio y julio. Sin embargo, el Ayuntamiento ya ha advertido que no firmará las cuentas ante la falta de claridad de algunas partidas. “No aprobaremos unas cuentas que no entendemos”, avisan.

Los números del año pasado reducirán otro peldaño el patrimonio neto negativo del consorcio, que en 2015 fue de -6,6 millones de euros. Desde la quiebra de la aerolínea catalana Spanair, el consorcio ha ido reduciendo su agujero patrimonial desde los más de 14 millones del año 2011.

La deuda, que es a largo plazo, se relajará a partir del próximo ejercicio. Si en 2017 están presupuestados unos pagos de 1,1 millones de euros al Institut Català de Finances y 510.000 a SAS, en 2018 finalizarán las obligaciones con la compañía escandinava.

Mientras, y si bien es cierto que al ser una entidad semipública no tiene obligación de declararse en quiebra, si un acreedor lo solicita Barcelona Turisme podría entrar en concurso de acreedores. Por el momento, el flujo de caja y la tesorería disponibles son suficientes para hacer frente a los pagos.

a.
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