El interés por Iberojet desencadenó la compra total de Orizonia

Barceló perseguía la adquisición del mayorista de viajes para nutrir a su red de agencias

Barceló Viajes tenía identificados los activos que le interesan de Orizonia desde hace meses. El grupo presidido por Fernando Conte acabará bajo la gestión de la familia Barceló si la operación de compra madura, aunque el objetivo esencial es controlar Iberojet. El interés por esta rama concreta y el apoyo de la banca en la recta final del proceso desencadenó la oferta por todo el conglomerado. El mayorista que nutre de producto a la red de agencias de viaje de Orizonia es la prenda de valor por la debilidad de Barceló en ese campo, aunque contrató a Gabriel Subías –tras su salida precisamente de Orizonia– como consejero delegado para superar la carencia.

Los planes iniciales de Barceló eran construir desde cero su propio mayorista. Tras meses de gestión la asignatura seguía pendiente. De modo que los co presidentes, Simón Barceló Tous y Simón Pedro Barceló Vadell, aceptaron estudiar la adquisición de Iberojet a Orizonia y dieron un papel de liderazgo a su directivo durante las conversaciones. La operación, debido a los serios aprietos financieros de Orizonia, se ha sustanciado en la absorción completa tras días de tensa negociación y la intervención directa de los presidentes de ambos gigantes del turismo para reorientar el cauce. Un aspecto no menor es que la saga empresarial mallorquina se garantizó el respaldo de la banca, que observó como la alternativa a Barceló era o bien los fondos de capital riesgo –con ofertas igual de agresivas– o la quiebra.

Fin de semana

El capítulo final se escribió en Madrid la noche del domingo, cuando las cúpulas de ambos grupos cenaron y pactaron las condiciones finales: 40 millones en efectivo y proponer a los acreedores financieros una quita de la deuda del 80%. Representantes de los bancos españoles, prestamistas de Orizonia con una exposición conjunta del 17%, respaldaron la opción de Barceló después de que conocieran el sábado que el accionista mayoritario, The Carlyle Group (55%), desaharía posiciones a favor de fondos liquidadores que condenarían al grupo al concurso de acreedores.

El principal accionista ya catalizó las tibias conversaciones de venta, concurridas semanas atrás, al anticipar que tiraba la toalla. La gestión de Conte y de su consejero delegado, José Duato, no ha corregido la orientación del negocio hacia el mercado español. La apuesta por la internacionalización, a diferencia de Grupo Barceló, ha sido menor y en Estados Unidos están decididos a reducir la exposición a España y a frenar las minusvalías derivadas de Orizonia. Carlyle no estaba dispuesta a soportar ni un euro más de desgaste. Lo que Barceló aspira a comprar por un máximo de 100 millones, entre desembolsos y subrogación de deuda, se adquirió a la familia Fluxà por 900 millones.

Vuelta a los orígenes

Los bancos y fondos de inversión que prestaron 575 millones a Orizonia tienen la última palabra. Las 11 entidades españolas respaldarán a Barceló, pero 19 grandes fondos de inversión internacional podrían ejercer el veto. Société Générale asume, por ejemplo, un riesgo de 145 millones de euros. El 75% del pool debe votar favorablemente al planteamiento económico de los Barceló para que el pacto cuaje. Si el acuerdo llega a buen puerto, Barceló reforzará el negocio original: la venta de vacaciones a través de sus sucursales a pesar de que el consenso de los analistas es que en los próximos meses España atravesará una profunda recesión con más paro y menos consumo.

El grupo mallorquín ha tomado medidas para intentar poner la venda antes que la herida y proteger, entre otros factores, los puestos de trabajo. Toda la red de Barceló Viajes está sujeta a un expediente de regulación temporal de empleo del 25% de la jornada. Pero cabe mejorar los precios finales ofertados al cliente. Tras este planteamiento se decidió, hace meses, postularse por el control de Iberojet. El mayorista le permitiría reducir costes, mantener márgenes y ofrecer mejores precios en sus agencias. Para el resto de activos, Barceló confía en obtener un rendimiento a largo plazo. El grupo reestructurará Orizonia bajo esos parámetros, contrapuestos a la visión cortoplacista de los fondos de inversión.

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