La tensa relación entre Soria y Rivero

Las discrepancias entre el ministro de Turismo y el presidente canario dejan entrever la mala relación existente desde que compartían mesa en el gobierno insular

Paulino Rivero (Coalición Canaria) y José Manuel Soria (Partido Popular) no se entienden. Desde que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, nombró a Soria ministro de Turismo, Industria y Energía, el mandatario canario ha centrado sus esfuerzos en echar por tierra todas las decisiones de su compatriota.

Rivero se ha convertido, en pocas palabras, en la peor pesadilla del ministro del ramo. Se niega a enterrar el hacha de guerra que ambos líderes comparten en el archipiélago desde la legislatura pasada. No en vano, el presidente y su ex socio mantienen un agrio careo desde hace años.

José Manuel Soria se convirtió en vicepresidente de la comunidad canaria en 2007, tras un pacto entre el Partido Popular y Coalición Canaria, que terminó con el regionalista Paulino Rivero en la presidencia del gobierno autónomo y con el hoy ministro de Turismo como número dos.

Proyecto de Aznar

Soria y Rivero ‘tiran’ para la tierra que les vio nacer, pero cada uno con intereses diferentes. Y los arrebatos son continuos. El dardo envenenado más reciente ha sido el de las prospecciones en aguas canarias.

El Consejo de Ministros ha dado luz verde a las primeras catas para prospecciones petrolíferas en aguas canarias. Repsol YPF será la encargada de llevar a cabo las exploraciones en el lecho marino a unos 60 kilómetros de las costas de Lanzarote y Fuerteventura.

La autorización de las perforaciones en las costas canarias ha sido una apuesta decidida del ministro Soria, que rescata la idea de un proyecto que empezó a tramitarse con el Gobierno de José María Aznar en 2001.

Repsol empezó entonces a explorar la zona, aunque la autorización fue anulada en 2004 por el Tribunal Supremo por defectos formales.

El crudo, la excusa

Como no podría ser de otra forma, Paulino Rivero, que luce con orgullo el papel de presidente del Gobierno de Canarias, ha dejado bien claro que mientras esté al frente del Ejecutivo autonómico, impedirá a Repsol realizar prospecciones petrolíferas en aguas cercanas a las islas.

El responsable canario alega que teme el daño al turismo y critica que se les trate “como a una colonia perdida en el Atlántico”. El sector apunta, sin embargo, que el objetivo de Rivero es rechazar todas las iniciativas de su archienemigo, indiferentemente del asunto del petróleo.

Tras el revuelo levantado y las protestas de los ecologistas, Soria ha respondido que su departamento tiene la “autoridad” en la materia, si bien tendrá en cuenta la opinión de las comunidades autónomas para reiniciar las exploraciones.

El ministro de Turismo entiende que Rivero dice que no a las prospecciones para conservar el apoyo de Lanzarote y Fuerteventura de cara al Congreso de CC previsto para mayo. “No tiene el apoyo de Gran Canaria, La Palma, La Gomera, El Hierro ni Tenerife”, asegura Soria.

Bonificaciones aéreas

Otro de los vaivenes entre ambos responsables canarios ha sido a raíz de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). La subida de las tasas aeroportuarias –cuando el avión es como el tren de cercanías entre las islas– tampoco le ha gustado a Rivero, comentan fuentes cercanas.

En la actualidad, los aeropuertos extrapeninsulares (Baleares, Canarias y Melilla) se benefician de una reducción de las tasas aéreas para compensar la carencia de otros medios de transporte. El Gobierno canario ha exigido al gabinete de Rajoy que aclare de una vez el futuro de las bonificaciones, para no asustar a los operadores turísticos.

Rivero critica que sea un propio canario (en referencia a Soria) el que que desconozca “absolutamente” la realidad de las islas en cuanto al transporte y otras competencias. Y al mismo tiempo teme –apuntan expertos– la vuelta del ministro a la oposición del gobierno canario.

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