Las bodegas pequeñas se inventan el enoturismo de proximidad

Las bodegas pequeñas se han inventado el enoturismo de proximidad: acoger a visitantes y aprovechar la calidez de sus instalaciones y personal. Están convencidos que, así, pueden aumentar ingresos y arrebatar turistas a las grandes firmas.

Las bodegas pequeñas han acuñado el concepto de «enoturismo de proximidad» para competir con las grandes firmas vinícolas y cavistas. Los productores ofrecen un producto y servicio cercano frente a los grandes complejos, en los cuales la experiencia de los aficionados «es más fría».

Lo teoriza Julio Cayuela, presidente de la Escuela Española de Sommeliers y ex editor de las revistas Bouquet y Sommelier. «El enoturismo es el paso de la ciudad a la naturaleza. Es una experiencia de participación: vendimiar, pisar la uva, ayudar a embotellar y llevarte tu botella a casa», explica. 

Alta costura del cava

Una de las cavistas que ya apunta a este segmento es Agustí Torelló Mata de Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona). «El enoturismo está creciendo de forma exponencial. Hay grandes marcas en el mercado con capacidad para hacer campañas de márketing inmensas. Las pequeñas, por contra, podemos jugar a la proximidad», explica Álex Torelló, enólogo de la productora. 

Durante la presentación de su último espumoso, el Krypta Gran Añada 2006, Torelló ha explicado a 02B el secreto de la empresa en lo que se refiere a la recepción de visitantes. «Huir de las grandes marcas es un acto de fe. Por lo tanto, premias a los clientes con un entorno natural exquisito, cercanía a la ciudad y una experiencia única», subraya.

Mercado internacional 

Uno de los mercados interesados en las bodegas boutique es el asiático. Así lo ve Eve Chen, redactora de lifestyle en Vogue y profesora en la Taiwan Wine Academy. «Los lazos con la cocina española gustan a los turistas internacionales que vienen de Taiwan. Les encanta. Con lo que respecta a las bodegas pequeñas, admiran la calidez: los taiwaneses son muy abiertos, y conectan bien con el personal del lugar», explica.

En este tablero, ¿qué le faltan a las pequeñas bodegas españolas? «Promoción. Darse a conocer. Entre los asiáticos, por ejemplo, beber cava está de moda, ya que el champagne es un producto prohibitivo. Con esfuerzo y ambición se puede llegar a un segmento joven y que cada vez tiene más poder adquisitivo», prescribe Chen.

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