Los empleados de Orizonia plantan cara a Carlyle

Cerca de 150 trabajadores se manifiestan frente a la sede del fondo de inversión en Barcelona

La tranquilidad que reina habitualmente en la avenida Pau Casals, situada en la zona alta de Barcelona, se ha visto interrumpida este viernes a las 20.00 horas por cerca de 150 empleados de Orizonia. Los trabajadores han acudido a la sede del grupo Carlyle para expresar su indignación ya que consideran que este fondo de inversión se ha enriquecido a costa de la desgracia del grupo turístico.

El mal tiempo no ha amedrentado los ánimos. Al grito de «Carlyle da la pasta», «Queremos cobrar» o «Orizonia, somos todos» y cargados con pitos, algún tambor y pancartas; los empleados se han parapetado frente a la puerta del inmueble y han repartido octavillas a los transeúntes que volvían a sus casas o salían de las lujosas tiendas de la zona.

La protesta

«Los sindicatos tienen una reunión el lunes con el Ministerio de Empleo para agilizar todos los trámites del Fondo de Garantía Salarial (FOGASA)», ha explicado Mónica Llobera, miembro del comité de empresa de la compañía. La manifestante ha recordado que tras el fin de semana todos los trabajadores están obligados a volver a sus puestos de trabajo mientras no se resuelve la situación.

Sin embargo, los empleados de Orizonia en Barcelona han convocado una nueva protesta este lunes. El lugar elegido es la plaza Europa, justo en frente del recinto Fira de Barcelona en L’Hospitalet, emplazamiento donde se celebra el Mobile World Congress. «El grupo Carlyle tiene muchos intereses en este encuentro», ha asegurado un manifestate. «Nos tenemos que hacer oir», han dicho.

Carlyle y Orizonia

El grupo Carlyle, dirigido en España por Pedro Esteban, adquirió a la familia Fluxà (Iberostar) en julio de 2006 la práctica totalidad de sus empresas turísticas. Los estadounidense pagaron entre 800 y 900 millones de euros con el objetivo de madurar la empresa, hacerla crecer en valor y desprenderse de la inversión a los cuatro o cinco años obteniendo plusvalías.

Sin embargo, según desveló 02B, Carlyle sólo pagó 150 millones y recurrió al endeudamiento bancario (alrededor de 700 millones de euros) para el resto. La garantía fueron los activos de Orizonia. Fue el propio fondo de capital riesgo estadounidense quien decidió cortar los recursos al grupo turístico a finales del año pasado. Pese a ello, fuentes de la compañía aseguran que Carlyle percibía cada año 25 millones de euros de Orizonia en concepto de gastos de management.

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