Louis Vuitton: la exposición que invita a viajar como antaño

Retrospectiva en el Grand Palais de París, con 180 piezas de la colección privada del creador de la famosa marca francesa.

Voler, Voguer, Voyager (Volar, Navegar, Viajar) es el nombre de la exposición que permanecerá abierta hasta el próximo 21 de febrero en el Grand Palais de París para descubrir la historia y el universo de Louis Vuitton, la célebre marca francesa que este año celebra precisamente sus 160 años de existencia.

La muestra incluye 180 piezas de la colección privada de Vuitton desplegadas en nueve salas: baúles, maletas, bolsos, estuches de maquillaje, artículos de cuero y ropa. Pero más que una exposición, lo que aquí se ofrece es una experiencia de viaje diferente, en diligencia, tren, barco o Concorde, acompañados siempre del equipaje más sofisticado o revolucionario de cada momento.

De lo bello a lo útil

Los primeros baúles Vuitton fueron fabricados en 1854. Tenían la parte superior abombada porque se colocaban en la parte exterior de las diligencias y así conseguían que el agua no se estancara en la tapa. Y cuando el viaje se volvió colectivo, con la aparición de los vagones de tren y los maleteros, Louis Vuitton fue el primero en inventar las maletas planas para que pudieran apilarse en los compartimentos.

La historia de la marca está estrechamente relacionada con la del transporte y la revolución industrial. «Ahora, por ejemplo, buscamos que los equipajes sean más prácticos. Ya apenas nos encargan los baúles con cajoneras de seda y tiradores de cuero, ni los neceseres con peines de marfil, cepillos de concha y tarros de cristal, que hicieron furor en los años 20″, explica Patrick Louis Vuitton, descendiente del fundador.

Creaciones espectaculares

Las nueve salas de la exposición recrean todo ese pasado de glamour y excentricidad en relación con el arte, el automóvil, los barcos, la aviación, la escritura o la belleza. En una de ellas, por ejemplo, se contempla una duna de arena sobre la que está instalado el baúl de un gran explorador, Pierre Savorgnan de Brazza, que por un lado servía de cama y, por otro, de mesa de trabajo.

En otra, convertida en salón de música, el Stradivarius que perteneció a Louis Vuitton está colocado sobre el estuche que ahora fabrica la casa para este instrumento, junto a la caja de batutas que encargó a medida un famoso director de orquesta; y en otra, se puede admirar la tea case que el marajá de Barodia encargó para poder tomar el té a lomos de sus elefantes.

Hoy, con sus telas de colores, diferentes motivos (damero, rayas, monograma con motivos florales, vegetales y geométricos) e iniciales LV para ser reconocidos al primer golpe de vista, la firma sigue innovando y creando maletas y accesorios que responden a las necesidades de los viajeros modernos. Tal y como antaño hicieran Henri Matisse, Greta Garbo, Lauren Bacall o Errol Flynn.

Más información y reservas en www.grandpalais.com . Es gratuita y abre lunes, jueves y domingos, de 10 a 20 horas; viernes y sábados, de 10 a 22 horas.

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