Lucha fratricida en Globalia

Juan José Hidalgo, que quiere retirarse, duda sobre su relevo. Mientras, los herederos toman posiciones en las empresas del grupo y maniobran para convencer a su padre de que son la mejor opción para sustituirle

Juan José Hidalgo (Salamanca, 1941), presidente y fundador de Globalia, no encuentra el momento adecuado para entregar el mando y organizar el relevo generacional del imperio turístico que él mismo levantó de la nada. Los recelos entre sus hijos son los frenos que relentizan la sucesión, a pesar de que el discurso público es el contrario: «aún tiene fuerzas para pilotar Globalia», dicen en la compañía.

Sin embargo, fuentes próximas al empresario salmantino aseguran que en realidad está “muy cansado” y que habría entregado ya la presidencia si hubiera visto un candidato claro entre sus hijos, a los que de momento ha repartido en varias direcciones sin que su gestión haya logrado convencer al fundador de Globalia.

Aunque existen dudas sobre su desempeño, los tres hermanos quieren ganar peso dentro del negocio y hacerse con el control del grupo turístico. Cada uno busca cómo posicionarse y lograr que su padre les señale. Por ahora, la primogénita, María José, es la directora general de Air Europa; Cristina, lidera el área de marketing; y Javier, es el director general de Globalia. Los resultados no acaban de llegar.

Este reparto no ha convencido a ninguno de los Hidalgo que maniobran por separado para ganar relevancia, circunstancia que, de perseverar sin resultados a cambio, podría desencadenar una solución salomónica al relevo, a pesar de que el padre ha preparado el terreno para que uno de los suyos le sustituya. 

Despidos “forzados”

Y es que no hay más rivales en Globalia que ellos mismos. Ya han rodado las cabezas de Alfonso Rivero, brazo derecho de Hidalgo y adjunto a la presidencia, y Joaquín Solares, director financiero. Fuentes cercanas afirman que los dos hombres fuertes del fundador hasta hace unas semanas se oponían a menudo a la estrategia de los sucesores. Finalmente hubo una negociación de “mutuo acuerdo” –así se esgrimió tras el despido– para que salieran del holding.

Los retos económicos

Globalia no está atravesando su mejor momento. Aunque hay pilares que la sustentan. Halcón Viajes, por ejemplo, registró en 2010 un beneficio neto antes de impuestos de cuatro millones de euros y una facturación de 1.400 millones, lo que supone un aumento de las ventas del 14,5% respecto a 2009. Durante 2010, Halcón Viajes abrió 150 oficinas nuevas, la mayoría a través de franquicias, y la previsión era inaugurar 50 más durante el pasado año, de las que una decena se querían implantar en Catalunya. En la cruz de la moneda se encuentra la aerolínea del grupo mallorquín.

Los datos de facturación de 2011 serán adelantados en abril, una vez termine el expediente de regulación de empleo (ERE) en el que está envuelta Air Europa.

a.
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