A cuerpo de rey: diez castillos españoles convertidos en hoteles
De castillos medievales a palacios árabes, estas diez construcciones se han adaptado para convertirse en exclusivos hoteles
La historia de España es larga y rica, al menos en lo que se refiere a fortificaciones, castillos y palacios extendidos a lo largo de toda nuestra geografía.
Desde el románico hasta el renacimiento pasando por el gótico, estas regias construcciones no son solo ruinas que enmarcan el paisaje o monumentos destacados que visitar en nuestro país. Castillos y palacios han pasado en los últimos años a ser la arquitectura que acoge algunos de los hoteles más selectos en los que podemos alojarnos hoy.
Desde fortificaciones medievales a palacios renacentistas de aire musulmán, estas estancias te permitirán revivir la historia de una manera diferente, elevando hasta la realeza la experiencia de alojarse fuera de casa.
Aquí tienes diez castillos convertidos en hoteles en los que sentirte como un rey.
Castillo de Grisel
Dormir en el castillo de Grisel supone alojarse en una de las principales fortalezas que recorrían la frontera entre los reinos de Castilla y Aragón. Construido entre los siglos XI y XII, a fecha de hoy este castillo gótico es uno de los más importantes de Aragón y puede presumir de contar con todos sus elementos medievales de defensa originales: matacán, murallas almenadas con saeteras, adarves y torres defensivas.
Tras tres décadas de restauración el Castillo de Grisel reabrió al público.
En 2014 el castillo de Grisel era abierto al público convertido en hotel, tras 30 años de restauración. Recorrer sus estancias supone un viaje por los distintos siglos que ha presenciado esta construcción. El espacio cuenta con ocho habitaciones dobles, dos patios, comedor, tres salones palaciegos, dos torreones, muralla exterior y aljibe-bodega.
[En un castillo de Cuenca se lían en un combate medieval]
Ubicado en el pueblo de Grisel, los turistas podrán disfrutar del entorno natural que les rodea donde se encuentra el Pozo de los Aines, una sima natural de proporciones monumentales y se da inicio al Parque Natural del Moncayo. A solo 30 minutos puede llegarse a las Bardenas Reales y Tudela.
Parador de Cardona
Con una arquitectura que bien podría haber inspirado Juego de Tronos y que se extiende al resto de la ciudad con sus estrellas y empedradas callejuelas, este hotel parador se aloja en el castillo fortificado del siglo IX que vigila la villa de Cardona, a 85 kilómetros de Barcelona.
Cardona se sitúa a 85 kilómetros de Barcelona
Los fosos, las torres y las murallas siguen en perfecto estado y marcan la decoración de sus 106 habitaciones, pensada para mantener el espíritu histórico del castillo.
Para los amantes del buen comer hay otro aliciente más para venir, ya que el restaurante afirma ofrecer una muestra de los mejores platos de la cocina catalana.
Castillo de Monda, Marbella
A solo 15 minutos del casco antiguo de Marbella se encuentra el Hotel Castillo de Monda, construido sobre los cimientos de la antigua fortaleza Árabe Al-Mundat del siglo IX. Convertido ahora en hotel y restaurante, la estructura conserva todavía una de sus torres originales y partes de los muros del interior.
El castillo de Monda se encuentra a solo 15 minutos del centro de Marbella.
El hotel combina el estilo andaluz de sus orígenes con una decoración actual y ofrece además numerosas salas comunes, restaurantes y spa.
[Como en Bali pero sin salir de Málaga]
Como la mayoría de castillos, su ubicación sobre una colina ofrece vistas asombrosas de los alrededores, destacando la sierra de las Nieves, el valle de Guadalhorce e incluso la bahía de Málaga, de acuerdo a su web.
Castillo de Arteaga, Vizcaya
Enmarcado en un paraje incomparable, en la reserva de la Biosfera de Urdaibai, patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el castillo de Arteaga se coloca como el único hotel de Euskadi incluido en selecta guía Relais & Chateaux.
Este es el único hotel País Vasco que figura en la guía Relais & Chateaux.
Restaurado en el siglo XIX por Eugenia de Montijo, mujer del emperador Eugenio Bonaparte, y dueña por aquel entonces de la construcción, todas las habitaciones de este castillo transformado ahora en lujoso hotel mantienen aquel aire imperial que otorgaron sus distinguidos propietarios.
Con precios que comienzan en los 135 euros la noche, el castillo ofrece además menús selectos en su restaurante y una destacada bodega.
Cap Rocat, Mallorca
Situada en la zona más privada de la bahía de Palma en Mallorca, esta antigua fortaleza militar ha sido reconvertida en un alojamiento exclusivo, donde experimentar el lujo respetando la riqueza patrimonial.
Con vistas únicas al mar, Cap Rocat ofrece un escenario diferente donde las almenas, calles y patios empredrados del pasado se combinan con la piscina, los servicio de spa y tratamientos de belleza de hoy.
Ubicado en una zona protegida de la bahía de Palma, el hotel lleva a cabo varias políticas sostenibles para el cuidado de la región, entre ellas, el objetivo de generar cero residuos de plástico para finales de 2019.
Real Castillo de Curiel, Valladolid
Dormir en el Castillo de Curiel supone hacerlo en un escenario clave de la historia medieval española. Propiedad de diversos reyes castellano-leoneses como Alfonso X ‘El Sabio’ o Pedro I ‘El Cruel’ entre otros, esta construcción era testigo de las gestas de las reconquista ocurridas en el valle del Duero.
El Castillo de Curiel se sitúa a casi mil metros de altura y cuenta con 23 habitaciones
Situado en un cerro, a 927 metros de altura, hoy en día este castillo se ha reconvertido en un lujoso hotel que cuenta con 23 habitaciones, repartidas en 5 suites y 19 habitaciones guardando el espíritu de sus orígenes reales.
La Torre del Visco, Teruel
Teruel no solo existe, sino que además ofrece una de las estancias en castillo más selectas de esta clasificación. Hotel La Torre del Visco, distinguido por la selección de Relais & Châteaux brinda a sus clientes lo que describe como «calidad de vida, lujo discreto y placer gastronómico».
[Teruel: huellas del arte mudéjar y leyendas románticas]
El complejo medieval, con su torre de 1449, dispone de 16 habitaciones y está rodeado por 100 hectáreas que acogen jardines de rosas, piscina, huerto y una finca donde se cultivan de manera ecológica almendras, aceitunas y otros productos de temporada que después son incorporados a la cocina que ofrece su restaurante.
Concebido como un espacio de tranquilidad donde poder desconectar de la rutina, el hotel no cuenta con televisión alguna y requiere de un permiso especial si se pretende ir con niños menores de 8 años.
Posada Real Castillo del Buen Amor, Salamanca
Rodeado del campo y los viñedos de Castilla, alojarse en esta posada permite imaginar por un instante cómo era habitar un castillo en la época medieval.
La reforma, finalizada en 2003, ha respeto el aspecto original del castillo
Construido en el siglo XI, el Castillo de Villanueva de Cañedo, llegaba a pertenecer a los Reyes Católicos, quienes se sirvieron de él para abastecer a sus tropas durante toma de Toro, en la guerra de sucesión de Isabel la Católica frente a Juana la Beltraneja, como explica su web.
Tras siglos de abandono, en 1958 era adquirido por la familia de hoteleros Fernández de Trocóniz, que tras una intensa restauración convirtieron el castillo en la posada que es hoy en día.
Abierto como tal desde 2003, la reforma ha respetado por completo «la autenticidad del edificio», haciendo que todas sus habitaciones se ajusten a la construcción real del Castillo.
Hotel Castillo de Santa Catalina, Málaga
Manteniendo el lujo real de sus orígenes, el hotel Castillo de Santa Catalina se ubica en el interior de un palacio construido en 1932 por orden del Conde de Mieres.
Convertido en hotel, abría sus puertas en 2006 con un total de seis habitaciones y dos junior suites, que guardan el estilo renacimiento árabe de su arquitectura original.
Rodeado de terrazas y jardines para el deleite de sus clientes, todo el emplazamiento ofrece vistas sin igual a la bahía de Málaga.
Castell d’Empordà, Girona
El Castell d’Empordà seducía en los años sesenta al mismísimo Dalí, quien por aquel entonces intentó sin éxito comprar el castillo con sus obras para regalárselo a su esposa.
El castillo se sitúa a medio camino entre la frontera francesa y Barcelona
Quienes sí lograron hacerse con él fueron sus actuales dueños, Albert Diks y Margo Vereijken, quienes crearon en su interior el lujoso hotel-restaurante que es hoy en día.
Con documentos que remontan su existencia hasta el año 1301, el castillo se sitúa en los campos del Empordà, a medio camino entre la frontera francesa y Barcelona.
Sus habitaciones y suite se dividen entre las ubicadas en el castillo y la torre, que conservan cierto halo medieval, y las que se sitúan en el jardín, con un diseño más moderno que rinde homenaje a Dalí y la costa Brava de los sesenta.
Noticia original de Business Insider. Autora: Cristina Fernández Esteban
