Airbnb también apuesta por el sol y playa

La compañía crece al ritmo del 120% en la Costa Brava y sus anfitriones se embolsan, de media, 3.000 euros al año. Se trata de un mercado mucho más profesionalizado que el urbano, que atrae principalmente a clientes franceses y de Barcelona.

Los pisos turísticos quieren escapar de la ciudad. Hasta ahora fenómeno de grandes urbes, el rey de este tipo de alojamiento, Airbnb, se lanza al sol y plata. A la esencia del turismo español. Este jueves ha presentado los resultados en la Costa Brava, donde en 2015 atrajo a 72.000 visitantes, un 120% más que el año anterior.

La ascensión es global y el año pasado el número de viviendas anunciadas creció hasta las 5.900. «Es ya una de las zonas más relevantes de la empresa en España«, celebran. De media, los anfitriones ingresaron alrededor de 3.000 euros, «una cifra que complementa la renta de los propietarios», defienden.

Atractivo para el público francés

Los datos de Airbnb reflejan que el cliente español y el francés son los más interesados en estos alojamientos. Los galos se reparten entre las principales capitales del país: París, Toulouse, Montpellier, Lyon y Carcasona. Mientras, las escapadas desde Barcelona copan la mayoría de la demanda interna.

Sólo durante la pasada Semana Santa, 3.850 turistas llegaron a la Costa Brava y se alojaron en una de las viviendas de la compañía. Más del doble que en 2015 y cuatro veces más que en 2014.

Territorio para profesionales

«La mayor parte de alojamientos se encuentra en ciudades y entornos urbanos», reconocen. Sin embargo, un 38% de la oferta ya se encuentra en zonas vacacionales, ya sean rurales o de playa. Este tipo de propiedades tiene sus propias particularidades: Más del 70% de huéspedes se alojan en familia y durante seis noches.

Además, el mercado del sol y playa está mucho más profesionalizado que el urbano. Mientras que en Barcelona sólo el 22% de anfitriones anuncia más de un espacio, aquí el porcentaje es del 50%.

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