Akelarre: la experiencia 360º de un tres estrellas Michelin

El proyecto culmen del maestro Pedro Subijana invita a tocar el cielo, no solo gastronómicamente, sino también mediante un descanso privilegiado

Hay tres palabras que definen a la perfección la experiencia en Akelarre: excelencia, innovación y vanguardia. El proyecto culmen del maestro Pedro Subijana invita a tocar el cielo, no solo a nivel culinario, sino también a la hora de descansar en este enclave privilegiado.

Akelarre nace en 1970 en la ladera del monte Igueldo, San Sebastián, orientado hacia el Océano Atlántico. Cinco años más tarde, el chef Pedro Subijana se pone al frente del restaurante que bajo su mando consigue la primera estrella Michelin en 1978, la segunda en 1982, y la tercera en 2006, reconocimiento que mantiene desde entonces.

El 1 de julio de 2017 el viejo sueño de ofrecer a sus comensales una experiencia 360º se hizo realidad

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El afán de superación, de mejora continua y de perfeccionamiento llevan a Akelarre a plantearse la opción de enriquecer la experiencia de sus comensales a 360º. Esto implicaba añadir un alojamiento a la altura de su cocina, ubicado en el mismo edificio y compartiendo las impresionantes vistas al golfo de Vizcaya. El 1 de julio de 2017 este sueño se hace realidad.

Akelarre entrada. Foto Akelarre.

Una experiencia sensorial

Con cinco estrellas y miembro de Relais & Chateaux y Les Grandes Tables du Monde, Hotel Akelarre brinda a sus huéspedes una estancia prestigiosa y exclusiva, con todas las comodidades que pueden esperarse de un hotel de lujo. Acceder a su interior supone la apertura a un escenario único en el que sentirnos aislados del mundo por un momento, siempre con enormes ventanales abiertos al océano que nos permiten continuar inmersos en este sueño que es Akelarre.

Agua. Silencio. Paz. Desconexión. Cada una de sus 22 habitaciones invitan a evadirse, a perder la vista en el horizonte marino y a relajarse -en el caso de la y suite Akelarre- es esa piscina climatizada privada de la que no querremos salir.

Agua. Silencio. Paz. Desconexión. Cada una de sus 22 habitaciones invitan a evadirse, a perder la vista en el horizonte marino y a relajarse

La propuesta la completan firmas como Apple TV y Bang & Olufsen, encargadas de darle vida a la tecnología más puntera en cada una de las estancias. Por su parte, Per Purr brinda a los visitantes la posibilidad de adentrase aún más en el entorno del hotel gracias a unos amenities personalizados que se elaboran con aromas naturales de la flora y la vegetación de la zona, añadiendo también el olfato y el tacto a esta experiencia cien por cien sensorial.

Akelarre vistas.

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Lujo y bienestar para el cuerpo y la mente

Más de 800 metros cuadrados de spa invitan a desconectar y cuidarse durante nuestra estancia en Akelarre, donde no faltan tampoco la exclusividad y el afán de perfeccionamiento de la casa.

¿Qué tal si comenzamos con un tratamiento personalizado con cosmética natural firmada por Sisley Paris? Nada como cerrar los ojos para sentir y asimilar aún más las bondades de la elección que hayamos escogido, y permitir que cuerpo y mente se rindan a los cuidados y mimos que nos proporcionan.

La idea de Pedro Subijana pasaba por cambiar el nombre de Hotel Akelarre por ‘las habitaciones de Akelarre’ puesto que el restaurante fue el origen de todo y la experiencia gastronómica sigue siendo el principal puntal

Para continuar, el circuito de aguas, la sauna o el baño a vapor están a nuestra disposición para ampliar el abanico de los beneficios que nos brinda la experiencia wellness del hotel. Al terminar, merece la pena reservarse unos minutos para relajarse perdiendo la vista en la costa vasco-francesa, los acantilados de la costa de Vizcaya y el paraje incomparable que supone este entorno natural. Si hay un lugar en el que renovarse tanto por dentro como por fuera, ese lugar es Akelarre.

Akelarre fachada.
El hotel ofrece excelentes vistas a la costa vasco-francesa.

Tres menús para tres estrellas Michelin

Es innegable que fue el restaurante Akelarre el comienzo de todo, y por ello la experiencia gastronómica sigue siendo la protagonista de la visita. Y así lo confiesa el mismo Pedro Subijana. Él siempre quiso que se cambiara el nombre de Hotel Akelarre por ‘las habitaciones de Akelarre’, una idea que finalmente no se hizo realidad, pero que él lleva muy dentro.

Más de 12 años custodiando el reconocimiento máximo de la prestigiosa Guía Michelin no hacen más que confirmar el afán del chef y su equipo por continuar mejorando cada día

Más de 12 años custodiando el reconocimiento máximo de la prestigiosa Guía Michelin no hacen más que confirmar el afán del chef y su equipo por continuar mejorando en cocina y perfeccionando su servicio cada día.

El resultado son tres menús degustación que pueden disfrutarse en un comedor en el que el tiempo parece detenerse, diseñados para disfrutar de la alta gastronomía desde todos los sentidos y puntos de vista: Los Clásicos de Akelarre, Aranori y Bekarki.

El primero se trata de un repaso de las propuestas más clásicas y que han marcado historia en la trayectoria del chef, y que nos ayuda a conocer a Subijana más íntima y personalmente; las otras dos opciones suponen dos variantes en las que podemos encontrar las elaboraciones más novedosas y vanguardistas de Akelarre que, como es de esperar, van cambiando según temporada.

Akelarre   restaurante II
Cuando la cocina se convierte (también) en arte. Akelarre.

Aquí descubrimos a un chef más arriesgado y divertido, que deja de lado los clásicos para proponernos sabores exclusivos, nítidos y llamativos que representan todo un aprendizaje para los sentidos.

Un tesoro por bodega

Y como en toda gran casa gastronómica, no falta ese tesoro líquido que es la bodega de Akelarre. La oportunidad de adentrarse en este espacio, que custodia más de 650 referencias provenientes de todos los rincones del mundo, supone experimentar una vez más la perfección gastronómica que nos brinda la visita.

De la mano de los sumilleres Juan Carlos Muro Ciro Carro tenemos la posibilidad de embarcarnos a través de los vinos en un apasionante viaje

De la mano de los sumilleres Juan Carlos Muro Ciro Carro tenemos la posibilidad de embarcarnos a través de los vinos en un apasionante viaje que comienza en nuestra propia tierra y continua por Europa, América e incluso África, con etiquetas tan emocionantes como únicas por descubrir.

Akelarre bodega.

Espacio Oteiza, con los cinco sentidos

El gran proyecto de Pedro Subijana cuenta también con una propuesta culinaria más informal y distendida, perfecta para complementar su restaurante gastronómico. Se trata del Espacio Oteiza, dedicado a Jorge Oteiza, escultor y amigo de la familia, así como cliente asiduo de Akelarre.

La carta ofrece elaboraciones de la gastronomía vasca basadas en la tradición, el producto de la zona y la temporada, que dan como resultado recetas con sabores únicos e icónicos de la cocina de Pedro Subijana.

El espacio se complementa con una barra de coctelería de autor situada en la zona de terrazas del hotel, así como con una carta de snacks para disfrutar en un ambiente más relajado y al aire libre, siempre con vistas al océano.

Considerado junto a su compañero Juan Mari Arzak padre de la nueva cocina vasca, Pedro Subijana continúa a sus 70 años trabajando a diario con la misma ilusión y ese inconformismo que le ha llevado hasta lo más alto del panorama gastronómico mundial.

Akelarre restaurante III

Y ha sido gracias a esta dedicación plena que Akelarre actualmente se posiciona, no solo como uno de los mejores restaurantes del mundo, sino también como uno de los espacios más especiales y únicos en los que alojarse, elevando la experiencia del comensal y convirtiendo esas comidas y cenas en días inolvidables.

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