La mitad de los pisos turísticos de Madrid queda en pocas manos

Un 10% de los propietarios acapara la mitad de los ingresos generados por los pisos turísticos

El alquiler de pisos turísticos en Madrid vive una situación de oligopolio: un 20% de los propietarios acapara la mitad de los anuncios publicados. Y al momento de facturar, la concentración es mayor: el 50% de los ingresos va a los bolsillos de un 10% de los dueños de propiedades.

Esta es la conclusión del Atlas de TuristificacioÌn‘, un proyecto basado en el análisis de datos sobre el alquiler en la capital de España, y que lo compara con otras ciudades como Barcelona, Berlín, París o Ámsterdam.

La iniciativa es de los arquitectos Ariadna Cantis, Pablo MartiÌnez y MariÌa SantamariÌa, expertos en consultoriÌa urbana, con el patrocinio de la Casa Encendida.

Punto de quiebre

Según este estudio, en Madrid existen cerca de 8.000 propietarios en Airbnb y 13.000 anuncios de plazas de pisos turiÌsticos, propiedades que generan unos ingresos de 18,8 millones de euros. Además revela que en el 2015 se produce un «punto de inflexioÌn» en el que los pisos turísticos comienzan a tomar la delantera y aprovechan el estancamiento de las búsquedas de los hoteles en Google.

Los pisos turísticos se concentran en el distrito del Centro, aunque con una presencia importante en otras zonas de la denominada Almendra Central, que son los de Arganzuela, Retiro, Salamanca, Chamartín, Tetuán y Chamberí.

Con la concentración de pisos por parte de agencias u operadores, que pueden llegar a más de 140 por propietario, Madrid es una de las ciudades europeas donde hay una mayor monopolización del mercado, solo superada por París. Según los autores de este análisis, este panorama revela que el alquiler de propieddes en la capital “tiene poco de economía colaborativa”.

Gentrificación

En algunas zonas, como Lavapiés, hay más alquileres turísticos que residenciales, lo que lleva a la expulsión de los vecinos de toda la vida, que no pueden afrontar los desmedidos aumentos de propiedades.

Mediante el uso de diversas herramientas estadísticas, cruzando con datos de Google Trends, este atlas permite saber que los museos como el Prado o el Thyssen son interesantes, pero que las comidas tradicionales como las tapas y los churros atraen más a los turistas, y que el magnetismo de Madrid como punto de diversión y marcha ya no tiene tantos adeptos como una década atrás.

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