Un informe desmonta el mito de que Airbnb vacía los hoteles

Un informe de la consultora STR asegura que comparar ambos tipos de establecimientos es mezclar "peras con manzanas"

El impacto de Airbnb en el sector hotelero es fuente de un enorme debate. Los establecimientos tradicionales ven al recién llegado como una amenaza que además de usurparles la clientela actúa en algunas ciudades al margen de la legalidad. Pues bien, un estudio de la consultora STR derriba la teoría y sostiene que la huella de la tecnológica en el mercado de los hoteles es mucho más limitada de lo que denuncian los empresarios.

El informe se ha realizado con los datos facilitados por las cadenas y la empresa de alojamiento de San Francisco. Según las estadísticas, Airbnb tiene más anuncios (2,3 millones) que habitaciones regenta la firma surgida tras la fusión de Marriott y Starwood (1,1 millones), Hilton (769.000) e Intercontinental Hotel Group (716.000). Sin embargo, no todos compiten contra estas marcas. Una vez eliminadas las ofertas inactivas, las estancias compartidas y las habitaciones privadas –que sí podrían llegar a rivalizar con los hostels— el foco se queda en las viviendas completas y la cifra se reduce a más de la mitad. 

Comparar la oferta hotelera con la de la tecnológica es como mezclar «peras con manzanas», asegura STR. Así, una vez realizada la criba, que tampoco corta aquellos alojamientos que pueden hospedar a grandes grupos, el número de inmuebles se queda en 981.000. Sigue siendo un volumen que alza a la compañía como la segunda hotelera más grande del mundo.

La consultora también hace suyo el discurso de Airbnb y señala que los viajeros que optan por la compañía buscan «experiencias» que no ofrecen los establecimientos tradicionales. «Quieren interactuar con los anfitriones y estar inmersos en la cultura local», sostiene. Además, apuntan que el factor precio –generalmente más barato que en los hoteles– abre una ventana a viajar a un tipo de público que, de no ser a un coste muy bajo, no se movería.

Además, la ocupación de la tecnológica tiene un fuerte carácter estacional debido a que la demanda es marcadamente vacacional y muchos propietarios aprovechan el verano para dejar su vivienda en alquiler. Por contra, la demanda hotelera es más estable en la mayoría de destinos en los que opera. Por ello, STR apunta que la compañía capta en numerosas ocasiones a clientes que el alojamiento clásico no puede asimilar. En los principales mercados de Airbnb, los hoteles siguen llenos.

En Barcelona –uno de los destinos analizados– los establecimientos registraron un 76.1% de ocupación el mes de julio frente al 44% de los de la tecnológica. La cifra es todavía más alta en las tres ciudades en las que Airbnb tiene un ratio de usuarios mayor. En Los Ángeles la comparativa es de un 80,8% (los hoteles) frente a un 46,2%, en San Francisco es de un 84,6% ante un 49,4% y en Tokio del 84,9% por el 53,6%.

Con datos relativos a siete ciudades estadounidenses, STR también sostiene que los precios no se han visto afectados por el fenómeno de Airbnb. Es más, ante el aumento de la oferta de apartamentos, el coste de alojarse a través de la tecnológica cae. Mientras, los hoteles aumentan sus tarifas en todas las regiones excepto en Miami.

«El mercado hotelero en Estados Unidos continua rompiendo récords de demanda», celebra Jan Freitag, vicepresidente de la consultora. «Esperamos que en 2016 volvamos a registrar el mayor número de habitaciones vendidas de la historia», añade. 

 

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