Artiem Madrid: el hotel para recargar pilas

Artiem Madrid quiere ser un referente de bienestar en la capital, una buena opción para aquellos viajeros que quieren mantener su estilo de vida saludable cuando están fuera de casa. Por eso no se define como un lugar para dormir, sino como un espacio que ofrece silencio, tranquilidad y naturaleza urbana.

La cadena menorquina abrió en diciembre de 2015 su primer hotel de estas características en la capital, el Artiem Madrid, con el objetivo de mostrar a sus huéspedes su experiencia ‘urban green’ de relax, vida sana y gastronomía.

Filosofía ‘fresh’

Enclavado en la zona de Arturo Soria, el nuevo establecimiento cuenta con 83 habitaciones con nombre propio –Urban, Urban Big, Urban Big Deluxe y Urban Top Terrace-, distribuidas en 5 plantas con una superficie media de 30 metros cuadrados. y que incluyen un ‘chill corner’ con ‘chaise longue’ para relajarse al acabar el día, ducha de sensaciones en el baño y hasta una pequeña área para realizar estiramientos, yoga o meditación. A simple vista destacan también por su estética relajante y luces indirectas, que proporcionan una gran sensación de intimidad y quietud.

En la planta baja nos encontramos con The Green, un ‘lounge & snack’ de encuentro, con techos altos y mucha luz, donde poder tomar un café recién hecho antes de ir a una reunión o un plato ligero a cualquier hora del día. Equipado con muebles y piezas de diseño, en tonos neutros como el verde, negro o gris, responde así a la filosofía ‘fresh’ de la cadena.

También se ubican aquí el Slow Lounge, el área donde se ofrecen los desayunos (que puede transformarse en un Open Meetings Room para mantener reuniones abiertas con total comodidad)  y el Cardio Gym. Previa reserva, el hotel ofrece igualmente un servicio de entrenador personal.

Cultura del bienestar

Para el director comercial y de marketing de la cadena, Víctor Mayans, «el hotel ha sido concebido desde el primer momento para dejarse envolver por la cultura holística del bienestar, el deporte y la buena comida. Hemos trabajado a conciencia los espacios, la luz y las habitaciones para que pueda fluir esa filosofía».

Su obsesión actual es «impactar positivamente sobre el huésped para que salga del hotel con las pilas cargadas. Esto se traduce, por ejemplo, en que el colchón que nosotros tenemos es el mismo que tienen el Ritz o el Palace, que la insonorización de la habitación es máxima, que la alcachofa de la ducha es de efecto lluvia o que el sistema de cortinaje es ‘black-out’ para garantizar oscuridad total».

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