Barcelona declara la guerra al modelo de alquiler de Airbnb

El Ayuntamiento no quiere que “cualquier persona que tenga un piso desocupado pueda convertirlo en turístico”. El Consistorio lanzará un plan para profesionalizar el sector de los apartamentos

«No queremos que cualquier persona que tenga un piso desocupado pueda convertirlo en turístico”. Así de rotundo se muestra el Ayuntamiento de Barcelona contra los miles de ciudadanos que se han acogido al modelo Airbnb para intentar beneficiarse del boom turístico que vive la ciudad. En dos años, los permisos concedidos por el Consistorio se ha incrementado el 180% hasta los 7.480. Pero el mercado es mucho mayor, ya que varios usuarios de estos portales ponen a disposición su apartamento sin tener la concesión municipal.
      

 
Se trabaja en un plan que sólo permita nuevas concesiones a bloques enteros

 
Por el momento, el Ayuntamiento de Barcelona ha bloqueado durante un año la expedición de nuevos permisos. El segundo paso, que se ejecutará en seis meses, es elaborar un nuevo plan que sólo permita otorgar nuevas concesiones a bloques enteros y no a viviendas situadas en edificios residenciales.

La responsable económica del Consistorio, Sònia Recasens, ha asegurado que webs como Airbnb únicamente podrán ofrecer viviendas que cuenten con la licencia turística correspondiente. Y pedirán a los portales web que incluyan el número de autorización en sus ofertas.

La medida ha sido aplaudida por la oposición y los distintos actores sociales. Aunque en algunos casos con reparos. La Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, considera que que esta iniciativa debería haberse hecho antes y ha recordado que durante años sus informes al respecto han sido ninguneados. Otro organismo que ha valorado positivamente la medida ha sido el Gremi d’Hotels. La patronal barcelonesa ha dado su visto bueno y ha recordado la lucha que mantiene contra los apartamentos ilegales.

Mientras no se redacte el plan, el gobierno municipal ha acordado con el PP una moratoria por la que se frena la concesión de nuevas licencias, aunque sólo se focaliza en las zonas céntricas y más turísticas: Eixample, Poblenou, Gràcia o Sants, entre otras. A esta moratoria, hay que sumar la que está en vigor desde 2011 en el distrito de Ciutat Vella, y que ha implicado que en los últimos años, la oferta de pisos turísticos en esta zona se haya estabilizado en las 614 viviendas.

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