Barcelona manda los hoteles al extrarradio pero abre una puerta a los pisos turísticos

El consistorio solicita más competencias a la Generalitat para abrir la concesión de licencias de viviendas de uso turístico. Mientras, los hoteleros lamentan que el proceso no ha sido tan participativo como debería.

El consistorio barcelonés empieza a definir su política turística. Tras decretar el ‘cerrojazo’ de licencias nada más aterrizar en el cargo, Ada Colau ya diseña. En su propuesta del Plan Especial de Regulación de Apartamentos Turísticos (PEUAT), el equipo de Barcelona en Comú prohíbe la construcción de nuevos hoteles en el centro de la ciudad. Los nuevos proyectos deberán alojarse en el extrarradio. La de los apartamentos es una historia más complicada.

A la negativa de nuevos alojamientos en El Eixample, Ciutat Vella, Sant Martí y Gracia, se le suma una restricción más. En la zona más saturada se caminará hacia al decrecimiento y no se permitirán nuevas implementaciones en caso de baja del censo. Además, «ningún edificio tipificado como vivienda el 1 de julio de 2015 podrá  conseguir una licencia turística», advierte el regidor de turismo, Agustí Colom, a 02B.

En la zona de color naranja se mantendría la oferta y ante el cierre de un establecimiento se podría abrir uno nuevo. No será barra libre. «Las calles con una anchura inferior a ocho metros -la mayoría en el centro histórico- no podrán albergar nuevos alojamientos», prosigue el concejal.

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Congelar los apartamentos turísticos, de momento

Ante el otro foco de conflicto, los apartamentos turísticos, el consistorio ha decidido congelar la concesión de licencias.  «Esta decisión fomenta la ilegalidad», denuncia Enrique Alcántara, presidente de Apartur. Para la asociación, las viviendas son una alternativa ideal para redistribuir la riqueza. «Da la sensación de que no quieren o no saber ordenar una oferta que no va a desaparecer», sentencia.

Sin embargo, Colom abre la puerta a nuevos pisos de uso turístico en un futuro. «La normativa de la Generalitat es muy laxa, sólo pide un teléfono operativo las 24 horas y un plan de mantenimiento», lamenta el regidor. «Si logramos más competencias como disfrutan en otras ciudades se podrían regularizar nuevos inmuebles», promete. En la lista de demandas a la administración catalana, pedir un plan de seguridad y salubridad, limitar el número de días por estancia u obligar a la creación de una vivienda en otra zona de la ciudad.

¿Y dónde se crece?

Si bien el grifo está cerrado en el centro, la ciudad se abre a nuevos hoteles en zonas como Nou Barris, Horta-Guinardó y Sant Andreu. También en los denominados «Ã¡mbitos con regulación específica»: el 22@, la Marina de Zona Franca y la Sagrera. «Allí existen proyectos de desarrollo urbano y queremos crecer», ilustra. Eso sí, manteniendo la mixtura de usos para no convertirse en barrios dormitorio.

La propuesta no ha sentado bien en el Gremi d’Hotels de Barcelona, que ha lamentado enterarse por la prensa «en un proceso en el que la participación no ha sido la adecuada». Desde la asociación piden que se «permita elevar la capacidad hotelera de la ciudad, buscando fórmulas que lo hagan sostenible».

Además, exige «mantener la seguridad jurídica y que todos los proyectos que habían iniciado su tramitación sigan adelante». En la misma línea, el Ayuntamiento ya evalúa dar el visto bueno a siete establecimientos que contaban con el certificado urbanístico previo al inicio de la moratoria. Entre ellos, el Hyatt de la Torre Agbar.

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