Barcelona revoluciona a los hoteleros por la tasa turística

El candidato socialista a la alcaldía, Jaume Collboni, quiere doblar la recaudación hasta los 200 millones para "paliar" los excesos del turismo; Busca mejorar los barrios más masificados

La ciudad de Barcelona se ha volcado en el sector turístico. No es su único motor, pero es, cada vez más, un polo de atracción para millones de turistas europeos y del resto del mundo. El alcaldable del PSC por Barcelona, Jaume Collboni, desea que ese potencial revierta en el tejido social de una ciudad que ha visto como su clase media «se está hundiendo».

Y para ello ha propuesto aumentar la tasa turística que se cobra a los hoteleros y que esos recursos no sólo se destinen a promoción turística, —algo que propone también CiU— como ocurre ahora, sino «a la sostenibilidad medioambiental y a infraestructuras que tengan relación con el sector», según reza en la moción que el PSC ha presentado en el Parlament para revisar el Plan Estratégico de Turismo de Catalunya de 2013-2016.

Collboni ha defendido el proyecto en una conferencia en la Cambra de Comerç, junto a su presidente, Miquel Valls. Ha sido el punto de partida de su campaña en las elecciones municipales, con el objeto de buscar complicidades con los distintos sectores sociales. El alcaldable del PSC ha asegurado, en ese entorno empresarial, que el objetivo es que Barcelona «multiplique por dos la recaudación actual», e ingrese 200 millones de euros en cuatro años, asumiendo el enojo del sector hotelero.

Los hoteleros, en contra

Fuentes del sector, precisamente, consideran que se trataría de un error. La actual tasa ya escuece, aunque se puso en marcha tras un acuerdo, que pasaba por destinar, únicamente, esos ingresos, a la promoción turística. El presidente del Grupo Hotusa, Amancio López, considera que esa propuesta de Collboni «es un disparate».

El empresario entiende que la tasa es, en realidad, «un impuesto añadido» a los hoteleros, y que los impuestos se acaban imponiendo cuando se desea «perjudicar un determinado sector». Por ello, Amancio López rechaza por completo la medida, al entender que los hoteleros ya contribuyen de forma suficiente a la riqueza de la ciudad.

El hotelero Joan Gaspart asegura, tras conocer la propuesta de Collboni, que no puede compartir la idea. «Respeto la iniciativa del señor Collboni, pero estoy en contra, porque eso representaría el hundimiento del hospedaje catalán». Gaspart entiende que el sector aporta riqueza a la ciudad, y que se llegó a un acuerdo por el compromiso del propio President Artur Mas de que los ingresos por la tasa turística se destinarían sólo a la promoción.

Lo que propone Collboni, en todo caso, va más allá de la llamada tasa turística. El alcaldable del PSC considera que l actual equipo de gobierno del alcalde Xavier Trias «vive, para bien y para mal, de los réditos del pasado», y que ha centrado en exceso en el sector turístico la economía de la ciudad. La idea de Collboni es diversificar la oferta, y, al mismo tiempo, buscar que el sector aporte más recursos, de forma progresiva y en función de la categoría de cada instalación hotelera.

Ayudas de hasta 50 millones

En la moción presentada en el Parlament de Cataluña se plantea la creación de un Plan Integral de apoyo y mejora de las instalaciones turísticas que incorpore una financiación específica con una dotación, a través del Instituto Catalán de Finanzas de hasta 50 millones de euros anuales, con una continuidad, como mínimo de cinco años.

También se pretende revisar la normativa de los establecimientos de alojamiento turístico y habitaciones de uso turístico, con una regulación más precisa. «Lo que se debe aplicar es la ley, con una normativa clara», ha asegurado Collboni en la Cambra de Comerç sobre lo ocurrido este verano en el barrio de la Barceloneta.

Respecto a la tasa turística, la moción señala que se trata de que Barcelona ?los municipios– pueda gestionar «el 100% de la recaudación de este impuesto en la ciudad (ahora es la Generalitat quien lo recauda y cede el 30% a los ayuntamientos), y «se pueda delegar para que, a través de sus propias ordenanzas fiscales pueda modificar el tipo entre un máximo y un mínimo que la propia ley deberá prever».

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