El original Grand Ferdinand Hotel se instala en la Ringstrasse de Viena

Un anodino edificio de oficinas de 1950 ha sido transformado por el Atelier Heiss Architekten en un hotel elegante y divertido, que hace guiños a la tradicional elegancia vienesa del siglo XIX y también a los caprichos de los huéspedes de hoy en día. 

Inaugurado la pasada semana, éste es el quinto hotel de Florian Weitzer que, al igual que sus otros establecimientos, combina el estilo clásico austriaco con una atmósfera de lo más in. En este caso, en el bulevar que se hizo mundialmente famoso a raíz de la Exposición Universal de 1873.

Detalles excéntricos

A simple vista, son muchos los detalles que nos indican que no estamos en un hotel cualquiera, como las inmensas arañas de cristal hechas a mano por Lobmeyr –que sujetan velas encendidas «de verdad»-, las sillas Thonet que se cuelan por aquí y por allá, o las botellas de champagne Mumm que presiden el minibar de las habitaciones. También llama poderosamente la atención ese gusto por tiempos pasados ​mezclado con instalaciones y servicios inesperados, como su patio-oasis con plantas inusuales y una fuente de piedra, su piscina infinita en la azotea, o el Maserati y Jaguar aparcados a la puerta del hotel para aquellos clientes que deseen recorrer la ciudad en sus asientos de cuero.

Las 188 habitaciones sorprenden también por su elegancia intemporal y original equipamiento: nostálgicas persianas de madera blanca, cabeceros curvados tipo Sissí, interruptores de cerámica a la antigua, paredes patinadas en azul y gris… y cuartos de baño que albergan planchas de vidrio al estilo 1950, espejos redondos enmarcados con cuero de Gubi y hasta bañeras Art Nouveau de hierro fundido.

toldos

Platos rescatados del olvido

En su vertiente gastronómica, cuenta con tres restaurantes que sería imperdonable perderse. En el «Grand Ferdinand» se sirve cocina tradicional de la Europa del Este –especialmente de Bohemia y Hungría-, con algunos platos casi olvidados, como la sopa del emperador, el tafelspitz, los riñones de ternera o los buñuelos de carne picada a la Metternich. Y todo ello en un entorno grandioso, entre magníficos candelabros, butacas de cuero, vajilla de porcelanas de Augarten y cubertería de plata de Wiener Silber.

En «Gulasch & Champagne», más informal, se ofrecen aperitivos y platos más accesibles, como goulash, embutidos locales o emparedados Leberkäse, que pueden ser regados con los mejores champagnes y también con cervezas económicas, como la excelente checa Velkopopovický. Por último, en la azotea y reservado para los huéspedes, se encuentra un bar con terraza que sirve un buffet y platos a la carta mientras se contemplan los tejados de la ciudad y la catedral de San Esteban. Y, como no podía ser menos, con chimenea en invierno y piscina en verano.

restaurante

Datos prácticos: Grand Ferdinand Hotel. Schubertring 10-12. 1010 Viena (Austria). Email: welcome@grandferdinand.com Tel: 43 1 91 880 400. Habitaciones dobles desde 160 euros.

Nuestra pista: Como no es barato y Florian Weitzer quería que la experiencia de este nuevo hotel pudiera ser accesible a mucha gente, ha ideado una gran habitación de hasta ocho camas que se puede reservar a través de Airbnb y que sólo cuesta 30 euros por persona y noche. 

a.
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