El turismo de borrachera tiene más de 500 pisos disponibles en la Barceloneta

Sólo la web Airbnb, que la Generalitat estudia prohibir en Cataluña, ofrece medio millar de habitaciones y pisos en el barrio que ha estallado por el turismo low cost

La Barceloneta, el barrio marinero de Barcelona que todavía alberga a los hijos y los nietos de los pescadores que lo fundaron, se ha convertido en el mercado inmobiliario perfecto para el turismo low cost de la ciudad. Sólo Airbnb, la web más exitosa de alquiler de viviendas particulares a turistas, ofrecía este viernes 506 pisos de alquiler por noche a turistas.

Desde 30 hasta más de 100 euros, habitaciones con baño compartido o pisos enteros para parejas o grupos. La oferta de pisos es amplia y variada en el barrio donde los habitantes han salido a las calles para protestar contra el turismo de borrachera.

Los anuncios en la web muestran la creciente problemática de los vecinos que se quejan de destrozos en los portales, música hasta altas horas de la noche, juergas y peleas. A ello se ha sumado la reciente moda del nudismo gamberro: aquel que se hace para provocar y desatar la ira de los comerciantes paquistanís. La mayoría de los pisos en alquiler exigen a los turistas no hacer ruido ni fiestas durante la noche, pero las advertencias no surten efecto.

«Llegó borracho y yo lo llevé al apartamento. Lo con cosas rotas, botellas de vino por todas partes y muy sucio», explica Ana, la propietaria de un loft a pocos metros de la playa que oferta cuatro pisos más en Airbnb.

La Generalitat, que ha multado a Airbnb este verano con 30.000 euros por promocionar pisos turísticos que no están legalizados, estudia la posibilidad de impedir el acceso a la web desde Catalunya.

Además de las promociones por internet, las inmobiliarias del barrio anuncian pisos y habitaciones a turistas, una oferta a la que no falta demanda. Las empresas a menudo suelen hacer propuestas tentadoras de compra a los propietarios para explotar las viviendas a los viajeros con escaso presupuesto, generalmente jóvenes ingleses, franceses e italianos.

El turismo de borrachera ha encendido de nuevo los ánimos de los vecinos del barrio que han hecho protestas nocturnas contra las viviendas que alojan turistas. El Ayuntamiento ha prometido comenzar las inspecciones de pisos la próxima semana.

a.
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