Así engordan sus bolsillos los hoteles con los extras

Los ingresos por servicios extras crecen hasta los 2.570 millones de euros en EEUU. Muchos hoteles cobran por conceptos que se supone que están cubiertos

Los ingresos por servicios extras en los hoteles es un negocio que les permite facturar 2.570 millones de euros solo en Estados Unidos.

Un estudio de la escuela de turismo y hostelería de la Universidad de Nueva York indica que esta cifra del 2017 es un 2,5% superior a la del año pasado, y si se vuelve la mirada atrás, se revela que esta fuente de ingresos extra creció un 141% desde el 2000, y el 66% en los últimos diez años.

La tendencia que iniciaron los resorts

La tendencia, indica el informe, es que los hoteles urbanos siguen los pasos de los resorts vacacionales, donde cobran de 20 a 40 euros por día por toda clase de actividades, servicios y amenities que no están incluidas en la tarifa.

Uno de los recargos que se está popularizando es por las cancelaciones. Grandes cadenas como Marriott, Hilton y Hyatt cobran si la gestión se realiza 72 horas antes, en vez de las 48 horas tradicionales.

La facturación por servicios extras aumentó el 144% desde el 2000 en los hoteles de EEUU

El objetivo de los hoteles, precisa el estudio, es poder mantener el nivel de ingresos en frente a una tendencia descendente de las tarifas.

Los recargos más frecuentes (y sorprendentes)

Para evitar sorpresas, estos son algunos de los recargos habituales con que los hoteles sorprenden a sus huéspedes:

– Recogida del aeropuerto: un servicio muy común en ciudades de tamaño medio en EEUU, que se supone que es gratuito. Pero varios hoteles comenzaron a facturarlo.

– Botones: un servicio que se compensaba con propinas comienza a ser cobrado con una tasa diaria, más allá que el trabajo haya sido de llevar una maleta ligera. Lo mismo sucede con el valet parking: de una contribución voluntaria algunos hoteles lo trasladan a un recargo de 20 euros.

– Agua, snacks y minibar: que haya una botella de agua embotellada, unos paquetes de snacks y algo de fruta no siempre significa que sea gratis. Hay que asegurarse de que no haya una lista de precios a su lado.

Todo el mundo sabe que los precios del minibar son más altos que en cualquier bar, pero algunos de ellos tienen sensores que detectan cuando un artículo es removido y vuelto a colocar (como el agua mineral rellena con agua del grifo), y automáticamente lo facturan al huésped.

También detectan si hay artículos adicionales, como la lata de cerveza que se compra en el supermercado y se deja enfriar en el minibar.

El botones o el valet parking, que se compensaba con propinas, comienza a ser cobrado por varios hoteles

– Paquetes y maletas: Hay hoteles que facturan de 1 a 25 euros por recibir correspondencia (sobre todo si son paquetes). Otro servicio gratuito, como era dejar la maleta en un depósito varias horas, también obliga a pasar por caja.

– Teléfonos e internet: a nadie sorprende que los llamados telefónicos desde el hotel tengan tarifas astronómicas, pero hay una tendencia a cobrar una tasa por usar cargadores para el móvil.

No todos los hoteles ofrecen el wifi gratis: aunque no implica un gran gasto de infraestructura, para muchos hoteles es una fuente adicional de ingresos y lo cobran por día o minuto, como en el primer Easyhotel de España.

– Caja de seguridad: aunque no se use, hay hoteles que facturan tres euros por un cofre con código, que incluye un seguro contra robo.

– Toallas y almohadas: los hoteles super budget, o sea ultra básicos, pueden cobrar un recargo si se quiere toallas y almohadas adicionales, o por servicios como el uso del televisor.

Para evitar sorpresas, la actitud más lógica es consultar previamente con la recepción del hotel qué recargos hay, y en la habitación estar seguro de que el uso de algunos servicios no tengan una facturación extra.

a.
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