Best Western peina Madrid, BCN y Lisboa para cazar nuevos franquiciados

La hotelera estadounidense negocia con varias cadenas locales para alcanzar los 30 establecimientos en cinco años

Si el 2016 ha sido el annus horribilis de Best Western en España, la cadena estadounidense ya cuenta los días para arrancar las últimas hojas del calendario y crecer de nuevo en el país. El objetivo, alcanzar los 30 establecimientos en la Península Ibérica en los próximos cinco años. Para ello, ya sondea a hoteleros independientes de Madrid, Barcelona y Lisboa con tal de sumarlos al paraguas de marcas del que presume.

“También hemos tenido reuniones con varias firmas locales, con entre cinco y diez alojamientos, de las tres capitales”, desvela Oriol Maresch, director de Desarrollo de la compañía en el territorio, a Cerodosbé. La expansión camina a una doble velocidad: operaciones de portfolio e individuales. No obstante, no sólo de destinos urbanos quiere vivir la empresa norteamericana. “Buscamos oportunidades en la Costa del Sol, los archipiélagos, el norte peninsular y el Algarve”, añade el ejecutivo.

Tras ver como el número de franquiciados caía en doce meses de los 16 a sólo cinco en España, la cadena ha hecho desembarcar el nuevo abanico de marcas y una flamante renovada imagen corporativa. “Estamos especialmente interesados en potenciar la insignia Best Western Plus, de clase superior al tradicional Best Western”, señala. Por encima todavía quedan Best Western Premier –como el barcelonés Hotel Dante— y Best Western Premier Collection.

Best Western presume de generar el 30% de la facturación de sus asociados

Así, reconoce la dificultad de expandirse en mercados tan maduros como Madrid y Barcelona, a los que equipara en interés. “La capital mediterránea tiene el obstáculo añadido de una moratoria de licencias que no nos ayuda”, lamenta.

El aval que presenta ante posibles interesados es un incremento de la facturación del 30% a través de sus canales de venta. Tres de cada diez euros que ingresan de media los franquiciados llegan a través de los sistemas de la hotelera estadounidense. “Se ha registrado un incremento global de mercados emisores, lo que implica que el protagonismo que antes tenía el mercado americano hoy está más repartido”, desgrana.

Números en mano, Best Western ha reportado 3,1 millones de euros a sus asociados en 2016. “Estamos convencidos de que superaremos las expectativas de crecimiento”, augura Maresch. El demarraje se dará en 2017, aunque no es descabellado pensar que se pueda cerrar alguna operación antes de acabar el año.

La hotelera cerró su delegación española y ahora el negocio en la Península pende de Dublín

En la actualidad, reparte sus hoteles en España entre Barcelona (3), Madrid y Granada. Un retroceso evidente frente a los 16 que disfrutaba la marca hace sólo 12 meses. En este tiempo, la firma ha perdido tres propiedades en Cataluña, cuatro en la capital y una en AlicanteSevilla, Las Palmas y Valencia.

La compañía reorganizó a finales del año pasado su operativa en Europa y pasó de 19 a sólo seis delegaciones. El cambio se llevó por delante a la oficina en España. Ahora, el negocio en la Península Ibérica pende de la sede en Dublín, aunque algunos servicios están gestionados desde Milán, como la atención al cliente.

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