Cisma en la patronal hotelera por las condiciones de los trabajadores

La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos se divide entre partidarios y detractores de la subcontratación

Los 75,3 millones de turistas recibidos deberían hacer reinar la algarabía en el sector. Con el cartel de ‘completo’ colgado en los hoteles de la mayoría de destinos vacacionales, la patronal hotelera tendría que ser una balsa de aceite. No obstante, el récord no ha llegado acompañado de mejoras laborales para los empleados y la paz en la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) se resiente.

La mecha la encendió el pasado noviembre Antonio Catalán, el presidente de AC Hotels by Marriott, al denunciar las precarias condiciones de colectivos como las camareras de piso. «Nosotros no externalizamos los pisos. No se puede pagar tres o cuatro euros por habitación; aceptar eso supone un deterioro del producto y de la imagen. Los listos de la película siempre son los mismos», lamentó.

Ante el alegato, la cúpula de la CEHAT se ha dividido. Por un lado, Catalán ha encontrado el apoyo de una escisión liderada por el secretario general, Ramón Estalella. Los partidarios del ejecutivo critican la externalización que conlleve una rebaja salarial para los trabajadores. «Es un fraude de ley con el que habría que acabar», alertan a Cerodosbé fuentes de la agrupación.

El otro bando lo encabeza Juan Molas, el presidente de la confederación, arropado por vicepresidentes como Joan Gaspart (Husa). Esta facción defiende que mientras se cumpla la legalidad vigente no se comete ninguna infracción y contemplan la subcontratación como un recurso para reducir los costes laborales.

Dos modelos que han elevado el tono de la discusión del modelo turístico que quiere España. Si bien la sangre no ha llegado al río, la discusión sobre el asunto se ha agriado en los últimos meses.

Contactado por Cerodosbé, un asociado lamenta las críticas vertidas públicamente por Catalán. Especialmente hirientes fueron las declaraciones en las que tildó de “explotadores” a muchos hoteleros españoles. La misma voz reconoce la existencia de un fuerte debate “que debe solucionarse de puertas adentro”.

Ya en 2015, este medio destapó las condiciones laborales del colectivo de las camareras de piso. Según denunciaban UGT y CCOO, las limpiadoras podían llegar a cobrar sólo 0,90 euros por habitación. 

Junto a ellos ha nacido el movimiento de Las Kelly’s que denuncian sueldos de 700 euros por jornadas maratonianas. Los cálculos de la asociación estiman que aproximadamente la mitad de las 200.000 camareras de piso que existen en España están subcontratadas por empresas de servicios, esquivando los convenios que rigen el sector.

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