El mercado coloca Meliá a precio de ocasión

Los bancos revisan al alza sus previsiones sobre la hotelera y sugieren comprar acciones, con un potencial de crecimiento superior al 10%

El futuro de la mayor hotelera de España pinta bien. El boom turístico de la Península Ibérica y el crecimiento en América hacen augurar buenos años en Meliá, la cadena de la familia Escarrer. Castigada por el mercado a lo largo de 2016, la cotizada balear luce un precio por acción de 11,94 euros. Una cifra a aprovechar, pues el coste objetivo de la participación es de 13,3 euros, auguran los expertos.

Francisco Rodríguez, analista del Banc Sabadell, vislumbra un potencial de crecimiento superior al 10% en la valoración de la compañía. La firma turística ha caído desde los 12,18 euros en los que cerró el 2015 “de una manera que no está justificada ya que ha cumplido con las perspectivas de comienzo de año”, señala. Desde el inicio de 2017, el viento parece haber cambiado de dirección para crecer un 7% más rápido que el resto del Ibex.

Los nuevos aires llegan de la mano de una revisión al alza del beneficio antes de impuestos de un 1,1% la próxima temporad. La subida está apoyada por “la inercia del negocio vacacional español y la recuperación del negocio en el Reino Unido, Francia y México”. De este modo, el ejercicio se vislumbra mejor que su antecesor. Gracias a la llegada masiva de turistas, los precios del sector urbano español deberían elevarse, pues siguen al nivel de 2007.  

Mientras, el efecto Trump no afecta las previsiones del Sabadell. En Cuba “las expectativas siguen siendo favorables”, pues el grupo opera bajo contratos de gestión, con poco riesgo. El mercado ha castigado la exposición de Meliá en el estado Azteca -17% del Ebitda-, que cada vez sufre una relación más tensa con los Estados Unidos. “El riesgo que vemos es limitado”, contesta el analista.

Ante los vaivenes de la acción, la cadena se centra ahora en continuar con la mejora y el reposicionamiento de sus inmuebles. El proceso, iniciado hace ya varios años podría elevar el beneficio antes de impuestos del negocio hotelero a los 310 millones el próximo ejercicio.

Además, las inversiones en Latinoamérica proyectan un Ebitda de hasta 350 millones. En el continente, la hotelera balear ha anunciado seis aperturas en 2017: el Meliá Cartagena de Indias y el Innside Bogotá, en Colombia; el Paradisus Los Cabos, en México; el Gran Meliá Río de Janeiro, en Brasil; el ME Caracas, en Venezuela; y el Meliá Costa Hollywood, en Estados Unidos.

Una vez superada los años más duros de la crisis y a base de emisiones de bonos, la empresa presume de una “holgada situación financiera”. Con una deuda neta de 525 millones de euros –un 32% menos que en 2015—afronta este año vencimientos por valor de 136 millones. “Prevemos que podrá seguir reduciendo el déficit”, señala Rodríguez.

Sin embargo, la tranquilidad reina en Palma de Mallorca y la prioridad es mejorar la puntuación que le otorgan las agencias de calificación. Por ello, se dibujan dos escenarios: un aumento del dividendo cercano al 30% y dotar de todavía más músculo a la expansión en Estados Unidos, México, Cuba y República Dominicana.

La opción de afrontar una operación corporativa y lanzarse a la compra de otra compañía se antoja lejana. “Impulsaría la deuda muy por encima de su objetivo, la voluntad es apostar por el crecimiento orgánico y el reposicionamiento”.

No todo es de colar rosa en la sede de Meliá. El Banc Sabadell también señala las debilidades de la hotelera, que podrían frenar las previsiones optimistas para la sociedad. La firma “está muy expuesta a conflictos geopolíticos” y “la necesidad de liquidez ha sido un lastre” por el que se ha visto a emitir bonos convertibles en varias ocasiones y ha tenido que vender inmuebles para luego volver a alquilarlos inmediatamente. Por último, el banco también es crítico con la falta de estrategia en el sector de las viviendas vacacionales.

a.
Ahora en portada