El hotel de Amancio Ortega en el centro de BCN abrirá en 2018

La cadena Iberostar dará rienda suelta a la tecnología en un cuatro estrellas superior que se ubicará sobre la Apple Store de Plaza Cataluña

Más de 6.000 millones de euros invertidos en ladrillos alrededor del mundo y Amancio Ortega todavía no tiene un hotel en Barcelona. La moratoria de licencias turísticas ha ralentizado el desembarco en el sector turístico catalán del magnate del textil. Una mancha en el currículum que quedará en el olvido en 2018, cuando Iberostar tiene previsto inaugurar un establecimiento en régimen de gestión en un edificio de Pontegadea en la misma Plaza Cataluña.

El alojamiento se ubicará sobre la Apple Store y tendrá una categoría de cuatro estrellas superior. Previsto para el 2016, el ‘cerrojazo’ de permisos –que sorteó por silencio administrativo— y un alud de trámites han ralentizado el proyecto. Según avanza Oscar González, director de marketing para Europa, Oriente Medio y África, “el año que viene será el de la apertura”.

El inmueble contará con 125 habitaciones y no será ajeno al entorno que lo rodea. Al estar sobre la flagship de Apple en Barcelona, la apuesta por la tecnología será constante. “Queremos lograr un hotel que destaque por la experiencia del cliente en la habitación”, señala el ejecutivo. Por ello, se domotizará al completo las estancias con especial cuidado en el baño.

Tradicionalmente vinculada a los grandes complejos de sol y playa, Iberostar nunca se ha destacado por su apuesta gastronómica. La cadena balear ya ha empezado a borrar el lunar y en el nuevo alojamiento abierto en Marrakech este mismo enero ofrece una amplia variedad de especialidades marroquíes, un buffet con show cooking y un restaurante de carta llamado Jawhara. La capital catalana será el siguiente paso en este cambio de tendencia.

La compañía es consciente de la ubicación privilegiada de la que disfruta. El edificio se alza con vistas sobre la Plaza Cataluña y el Paseo de Gracia: una de las esquinas más cotizadas de toda la capital catalana. “Nuestra intención es transformar el ático en una gran terraza que se convierta en un punto de referencia cool de la ciudad”, explica. Una panorámica para competir, por ejemplo, con la del Hotel Majestic.

El inmueble fue durante años la antigua sede de Banesto. Sin embargo, Pontegadea lo adquirió a la Sareb en 2012 por 130 millones de euros que dividió en dos pagos: 86 millones por las dos alturas del local comercial y 44 millones por el resto del bloque.

De este modo, el establecimiento se convertirá en la tercera pieza de la alianza entre Amancio Ortega y Miguel Fluxá, presidente de la hotelera. Buenos socios, ya repiten el formato en el Iberostar 70 Park Avenue (Nueva York) y el Iberostar Marbella Coral Beach. “No hay ninguna operación con el dueño de Inditex sobre la mesa, pero los anteriores acuerdos se han firmado con poca antelación y ante oportunidades del mercado”, advierte González.

Centrada todavía en su negocio tradicional, el sol y playa, Iberostar empieza a tornarse hacia el sector urbano. “Nos interesan capitales como LondresParísBerlín y Lisboa”, desgrana. Los requisitos para entrar en el radar: ser un destino vacacional consolidado, poseer atractivos culturales reconocidos y tener una presencia notable en el sector de negocios.

Un giro parecido ha dado su vecina Riu (también balear) con sonadas adquisiciones como la gestión del Edificio España en Madrid y el Gresham en Dublín. González traza paralelismos pero también marca las diferencias. “Ellos entran con hoteles gigantescos, de más de 300 habitaciones, nosotros lo hacemos que establecimientos de unas 100 estancias”, compara.

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