Llega el sobrino hípster del Hotel Majestic

El grupo hotelero catalán inaugura el Midmost a pocos metros de Plaza Cataluña: un espacio de carácter desenfadado con puro espíritu barcelonés

Si el Hotel Majestic es el tío que viste de traje y corbata hasta para el encuentro más informal, la nueva apuesto de Majestic Hotel Group representa al sobrino hípster que, sin olvidar que es de buena familia, quiere ser artista y no abogado. El Hotel Midmost –una expresión que podría traducirse como ‘en pleno centro’– podría confundirse con una clásica escalera de vecinos del Eixample barcelonés. Ubicado en la arteria comercial de la calle Pelayo, sustituye al antiguo Hotel Inglaterra con cuatro estrellas colgadas de la puerta y 56 habitaciones.

De la mano del estudio Luzio, las tonalidades blancas y azules nos trasladan al frescor del mediterráneo. Un diseño clásico traído al siglo XXI con arriesgadas combinaciones de materiales y lleno de guiños a la ciudad que lo acoge. El pequeño hall ya da pistas de cómo será el resto del establecimiento. Con la madera de protagonista, dos recepcionistas nos dan la bienvenida en lugar del clásico portero entrado en años que podríamos encontrar en cualquier edificio de la zona.

Sin ningún lujo innecesario, las habitaciones que tuvimos la ocasión de visitar destacan por ser más espaciosas que la estancia media de la capital catalana. «En los pisos más estrechos hemos reducido el número de habitaciones de tres a cuatro, ¡y lo que nos ha costado convencer al departamento financiero!», bromean desde la dirección del establecimiento. Las salas oscilan entre los 15 metros cuadrados de la Design Room y los 50 de la Suite Exclusive, presidida por una bañera de estilo británico y los azulejos clásicos de Barcelona

Sobre las salas, una terraza de casi 360 grados garantiza unas vistas sobre algunos de los principales iconos del skyline barcelonés

El diseño ecléctico y espacioso de las habitaciones contrasta con la austera sala de Wellness –una camilla para recibir masajes–. El servicio se queda pequeño ante la tendencia en el sector, que cada vez parece apostar más por los spa’s urbanos. Los tratamientos también pueden ser recibidos en la estancia particular de cada huésped.

Sobre las salas, una terraza de prácticamente 360 grados garantiza unas vistas sobre algunos de los iconos del skyline barcelonés: El Castillo de Montjuïc, el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC) o el inicio de Las Ramblas son algunos de los atractivos que se pueden contemplar desde las hamacas de la azotea, presidida por una piscina y un bar ideal para disfrutar de la puesta de sol sobre el casco antiguo de la ciudad.

La apuesta es clara: una comida saludable que va desde los snacks del minibar hasta el buffet del desayuno

Mientras, la oferta gastronómica llega de la mano de Martina Wastl, una «activista de la cocina consciente y el bienestar», como se define ella misma. No es ni mucho menos un hotel para veganos o vegetarianos. Sin embargo, la apuesta es clara: una comida saludable que va desde los snacks del minibar hasta el buffet del desayuno. 

Así, para el primer ágape del día los clientes pueden servirse desde el clásico almuerzo continental hasta pasteles elaborados con ingredientes de proximidad. De sabor delicioso, hay que admitir que el nivel no era el mismo en, por ejemplo, los croissants del menú.

Si bien el establecimiento va a estar poblado de turistas durante el verano, el cliente de negocios será protagonista durante la temporada baja. Para él, Midmost dispone de una sala de reuniones de 50 metros y capacidad para 25 personas. «Un lugar ideal para eventos de industrias creativas, que quieran celebrar sus convenciones en un ambiente diferente», proponen en el hotel.

 

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