Meridia invierte 50 millones en su hotel de Sagrada Familia

El cuatro estrellas se erigirá en la antigua sede de Henkel bajo el nombre de Hotel Barcelona 1882 y sumará 182 habitaciones. Abrirá en noviembre

El fondo de inversión Meridia Capital fue de los últimos en poder sortear la moratoria de licencias turísticas de Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona. Si en 2015 el hotel del vehículo presidido por Javier Faus, exvicepresidente del FC Barcelona, afrontaba una dura batalla contra el consistorio y los vecinos, ahora ya ultima los trámites para su inauguración tras haber invertido alrededor de 50 millones de euros.

El alojamiento de la calle Córcega abrirá en noviembre de 2018 después de que el grupo haya destinado 50 millones de euros a su puesta a punto. La inversión se divide entre el hotel, 10.000 metros cuadrados de suelo residencial, varios locales comerciales y un aparcamiento. 

El cuatro estrellas que ocupará la antigua sede de la química Henkel ya tiene nombre tras meses de especulaciones. “Se llamará Hotel Barcelona 1882 en honor al año que comenzaron las obras de la Sagrada Familia», explican desde Meridia en un comunicado. Tendrá 182 habitaciones, que no contarán con el sello de ninguna gran marca internacional. Como ya informó Cerodosbé, será gestionado de forma directa de la mano de Izaka Hotel Management. Ofertas no faltaron, pues Hilton y Marriott se interesaron por el inmueble.

Al Barcelona 1882 lo acompañarán apellidos ilustres. Los arquitectos llegan del despacho GCA, responsable de proyectos como el Hotel Arts, el Casa Fuster y la ampliación del Mandarin Oriental de Paseo de Gracia. Así, destaca una fachada de color blanco que sorprende a los inmuebles vecinos. Adiós a la clásica uniformidad en la pared, es momento de convertirla en un abanico a medio desplegar.

Mientras, el interiorismo de las zonas comunes llevan el sello de uno de los hombres de moda en el panorama hotelero barcelonés: Lázaro Rosa-Violán.

Además del hotel, también se erigen 33 pisos de lujo 

Pero el complejo va más allá de un simple hotel. Los 21.000 metros cuadrados albergarán, además, 33 pisos de lujo y cinco viviendas unifamiliares. Pese a lo ambicioso de la obra, los promotores han tenido que pasar por el ‘tijeretazo’ de los vecinos, algo poco habitual hasta el momento y que se ha puesto de ejemplo en el consistorio.

“No entregamos un cheque en blanco al hotel”, advertía hace un año Juan Itxaso, portavoz de la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia. Las agrupaciones llegaron a manifestarse frente a la entrada del alojamiento y trataron de boicotear el negocio con la presentación de un recurso en el Ayuntamiento. “Al ver que tenía poco futuro iniciamos la vía del diálogo”, añadía.

En las negociaciones han logrado reducir el número de viviendas y plazas de aparcamiento y limitar el horario de las piscinas. Además, los promotores convertirán un local de unos 200 metros cuadrados en un equipamiento municipal.

 

 

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