Los clientes vip demandan ahora vacaciones en chabolas

El Shanty Town recrea la pobreza africana con comodidades como calefacción en el suelo y conexión inalámbrica. Los huéspedes pagan poco más de 60 euros por noche.

Millones de personas en África viven en la más absoluta pobreza. Son condiciones extremas desconocidas para gran parte de la sociedad. Pero, un hotel de lujo en Bloemfontein (Suráfrica) ha querido recrear la miseria y penuria de muchos hogares africanos para que sus huéspedes conozcan, por unos días, esta dura realidad. Es lo que se ha bautizado como turismo de tugurios.

Se trata del Shanty Town del Emoya Luxury Hotel & Spa. En este espacio se han recreado las casetas que dan nombre al complejo –las shantys–. Son chozas construidas con chapas onduladas o cualquier material impermeable con pocas o casi ninguna comodidad. Y pese a ello, los huéspedes pagan poco más de 60 euros por noche.

Las barracas cuentan con una lámpara de parafina, velas y un baño exterior. Alrededor se amontona la basura y la decoración recrea un ambiente poco salubre. Pero, todo es un ambiente hecho a medida para clientes de alto standing.

El hotel ofrece calefacción en el suelo, cuenta con electricidad y conexión inalámbrica a Internet. “Ahora usted puede experimentar alojarse en un chabola en el entorno seguro de un coto de caza privado”, asegura el hotel en su página web.
 

 
El hotel ofrece calefacción en el suelo, electricidad y conexión inalámbrica

 
La propia compañía vende la estancia en el complejo como una experiencia única –los huéspedes tienen que hacer su propio fuego–, ideal para trabajar en equipo y para celebrar fiestas temáticas con capacidad para 52 personas.

Pero, la pobreza que recrea el Shanty Town, es tan solo una de las dos caras de la moneda. El Emoya Luxury Hotel & Spa, situado en la región conocida como Big Sky Country, también recrea un mundo al alcance de pocos: el lujo cinco estrellas.

La compañía ofrece en el Basotho Village Hotel habitaciones suntuosas en un paraje idílico. En sus habitaciones y estancias, los clientes disfrutan de todas las comodidades que poco tienen que ver con la auténtica realidad del continente con los diez países más pobres del mundo.

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