Los hermanos Cebrià, los catalanes de Fuerteventura, fracasan con su buque insignia

Los administradores del grupo Atlantis se ven incapaces de atender a la deuda financiera. Bankia venderá a Cerberus un paquete de créditos de dudoso cobro donde se incluye la hipoteca del famoso resort

Los catalanes de Fuerteventura, los hermanos Carlos y José Maria Cebrià, tienen un pie y medio fuera del Gran Atlantis Bahía Real, el buque insignia de su imperio. Sobre el enorme resort de 250 habitaciones cinco estrellas Gran Lujo pesa una hipoteca que pasará previsiblemente a manos de Cerberus –el fondo buitre colecciona gangas por la geografía española en los últimos meses–. Bankia, quien actualmente sostiene el contrato pretende hacer caja con su venta.

La llegada de Cerberus no significa que los Cebrià pierdan el activo inmobiliario de forma inmediata. Sin embargo, fuentes del sector aseguran que el private equity planea quedarse con el inmueble a cambio de perdonar deuda financiera. En la carrera también se encuentra Starwood Capital. Bankia decidirá en los próximos días a qué fondo adjudica la cartera de 400 millones de créditos de difícil recuperación –conocida como proyecto Amazonas–, donde se encuentra la hipoteca del Bahía Real.

De consumarse, la operación supone un duro golpe para los Cebrià. El grupo Atlantis fue el impulsor del proyecto, un resort con varios hoteles en la isla. En la operación, también se encontraba la liquidada aseguradora catalana Cahispa. De hecho, Carlos Cebrià trabajó como asesor de la firma. Para arrancar el proyecto, Atlantis confió en el grupo Kempiski para la gestión, cadena con más de 100 años de antigüedad especializada en la dirección de establecimientos de lujo.

Cahispa fue intervenida por la Dirección General de Seguros en 2007 tras detectar deficiencias significativas de control interno e irregularidades contables. En los años sucesivos, la firma fue vaciada. El negocio inmobiliario fue traspasado en 2010 a Inbesós, firma más tarde renombrada como Nyesa. La empresa dirigida por Javier Pintó, ex presidente de Grand Tibidabo, heredó varios establecimientos del resort aunque tampoco supo cómo rentabilizarlos. En 2012, la inmobiliaria dijo basta, corroída por los efectos de la crisis, y solicitó el concurso de acreedores con 1.224 millones de euros.

El grupo Atlantis tiene actualmente tres inmuebles: el propio Bahía, el Fuerteventura Resort, y el Dunapark, estos dos últimos de cuatro estrellas y gestionados hasta 2012 por Be Live, la cadena hotelera de Globalia. 

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