Los propietarios de Port Aventura se quedan el lujo francés del Club Med

La familia Bonomi son los únicos que pujan por la compañía valorada en 790 millones de euros. Los galos Ardian y el conglomerado chino Fosun retiran su oferta del proceso

Los propietarios del parque de atracciones catalán Port Aventura, el más exitoso de España, son virtualmente los nuevos propietarios del Club Mediterranée. La familia Bonomi ha salido airosa de la puja por la cadena francesa especializada en el lujo. Conocida internacionalmente como Club Med, su actividad se centra en la intermediación de resorts, villas, chalets y parques vacacionales con la lista completa de servicios en todo el mundo.

Su victoria llega por el abandono del otro rival en la adjudicación. El conglomerado chino Fosun y la sociedad de inversión francesa Ardian han anunciado este jueves que retiran su oferta, instrumentalizada a través de la sociedad Gaillon Invest. Con todo, el grupo asiático indica que reflexiona sobre si lanzar una nueva OPA al Club Med o da definitivamente el paso atrás.

La retirada llega un día después de que el regulador de los mercados galo diera su bendición a los Bonomi por gestionarla cadena de lujo al ser más generosos en la puja. Los dueños de Port Aventura ofrecían 21 euros por cada acción de Club Med, mientras que Ardian y Fosun pretendían pagar 17,50 euros por los títulos. Es decir, que el proyecto italiano valoraba la compañía en 790 millones de euros, casi 200 millones más que su rival (600 millones por la propuesta franco-china).

Ardian ha impuesto el secreto en su oferta, por lo que se desconoce qué elementos diferenciales aportaba para superar a los Bonomi. Básicamente, la cifra de inversión.

La familia italiana intentará sacar a flote el Club Med con el apoyo de la banca estadounidense Lazard, con sede en Nueva York. Ha sido asesorado por el bufete Gleary Gottlieb en la operación.

Club Med entró en números rojos en 2001 (perdió 62 millones de euros). En la última década no ha conseguido superar los problemas económicos, a pesar de que ha cerrado algunos ejercicios en positivo, como los cuatro millones que ganó en 2004. Para sanear las cuentas, ha reestructurado la compañía. El consejero delegado, Henri Giscard d’Estaing, hijo del ex presidente de la República Valéry Giscard d’Estaing, lanzó en la última etapa una estrategia para captar clientela internacional, un público que consideran que tiene más capacidad de gasto que los ricos galos. Bonomi declaró al lanzar su OPA, en junio, que ve con buenos ojos el plan de la cúpula, pero que su intención es limar «los fallos de ejecución» que ha detectado.

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